El uso de un producto que contiene algas vivas ha doblado la producción de calabazas, que ha pasado de 16.000 a 30.000 kilos en un campo de cinco hanegadas, con ejemplares que han llegado a alcanzar los 20 kilos, además de reducir el coste del cultivo a la mitad, informaron a EFE los responsables del cultivo. El ingeniero agrícola encargado de este proyecto, Pablo Luján, manifestó que este producto consiste en "algas unicelulares microscópicas vivas que interaccionan con el suelo y consiguen que la planta esté más nutrida, más sana y que logre más resistencia al hongo". Pablo Luján agregó que el producto fue aplicado a diversas hanegadas, pero "las más importantes son las correspondientes a las casi cinco hanegadas de Almássera pertenecientes a un cliente llamado José Roig". En este terreno se ha doblado la producción y "se ha reducido el coste del cultivo, que antes se situaba entre 100 y 300 euros, mientras que ahora sólo implica un gasto de 35 euros". Dicha fórmula es la responsable de que el peso de las calabazas, que antes oscilaba entre los 3 y 6 kilos, ahora alcance en un 99 por ciento de su producción un peso que ronda entre los 10 y 20 kilos. Con la aplicación de este cultivo desciende el nivel de nitritos y nitratos del suelo, de los acuíferos y aguas superficiales, además de ayudar a eliminar los metales pesados del terreno. Todo ello "reporta beneficios como el aumento de la capacidad de retención del suelo en un 20 por ciento más, por tanto supone un ahorro de agua". Además, el ingeniero recalcó que "es un producto inocuo, totalmente ecológico, que no deja restos tóxicos en el cultivo y que permite su consumo de un día para otro". El compuesto ya había sido aplicado en cultivos de cítricos, patatas, cebollas, lechuga y alcachofas, consiguiéndose en casi todos ellos resultados semejantes.