Según un estudio elaborado por la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore), las superficies de regadío son el ‘salvavidas’ para evitar el abandono de las zonas rurales, ya que contribuyen a fijar la población, además de impulsar el desarrollo demográfico y económico del lugar. De hecho, tal y como recoge el informe, las zonas con más de un 50 por ciento de superficie regada experimentan un crecimiento demográfico en torno al 6’8 por ciento, mientras que aquéllas en las que apenas existe un 20 por ciento de superficie de regadío crecen sólo un 4’8 por ciento. Teniendo esto en cuenta, el estudio elaborado por Fenacore señala que las zonas de regadío más significativas, desde el punto de vista demográfico, son aquéllas ubicadas en el arco mediterráneo y algunas zonas del interior, ya que cuentan con más de un 20 por ciento de superficie de regadío, dedicada, sobre todo, al cultivo de frutas y hortalizas. Por otro lado, el estudio ha puesto de manifiesto que, en los últimos años, la población y la densidad en las zonas regadas se han incrementado en un 15 y un 54 por ciento, respectivamente, mientras que en conjunto de España lo han hecho sólo en un 6 y un 8 por ciento. El informe concluye afirmando que, por tanto, el envejecimiento progresivo de la población en las zonas rurales puede agravar los efectos de la desertización en un plazo de 15 años.