“La técnica del enarenado evita la ascensión del agua por rotura de la capilaridad que es donde se ubican las raíces de las plantas, permite la utilización de aguas lo cual es una gran ventaja y además permite el ahorro de agua”, expuso Camacho Ferre. Del mismo modo, el elemento principal del arenado es la arena que se añade al suelo. Camacho Ferre explicó que esta arena es un producto con bajo calor específico y que produce un calentamiento de la capa de estiércol que provoca una fermentación del mismo. Éste desprende CO2 y se produce la solubización de fertilizantes, así como, la elevación de cantidades en el aire y una precocidad en el desarrollo de las plantas. Además, la arena provoca una cesión de calor nocturno que modifica la temperatura del cultivo a nivel del suelo. Además, explico que se está produciendo una formación de efectos cementales como consecuencia del empleo de arenas de poca calidad. Igualmente el profesor de la UAL dijo que el compostaje de los restos de cosecha es muy importante para el emplearlos en la técnica del enarenado y que destacó la labor que se está haciendo por intentar reutilizarlos. Por otro lado, el profesor Camacho Ferre ofreció un recorrido por la historia del arenado empezando desde hace unos dos mil años, cuando ya se conocía la técnica hasta llegar a épocas más recientes concretamente a 1960, año en que Almería ocupaba el puesto número cuarenta y nueve del índice de la Renta per Cápita del país. En esos momentos había un subdesarrollo relativo motivado según Camacho Ferre por la situación periférica de la provincia, así como, por el fracaso de los tres grandes pilares hasta entonces de Almería como fueron la minería, la uva y la naranja. Ya en la década de los setenta el cambio que experimentó la provincia fue enorme llegando a alcanzar el puesto número diecisiete de la Renta per Cápita y por encima de la media nacional y eso se debió a la agricultura intensiva. Por último, Camacho Ferre expuso que hay una necesidad de estudiar y documentar el enarenado ya que, según él, hay mucho pocos estudios hechos con respecto a éste por ejemplo en relación al ahorro de agua global que produce, el espesor de las capas con las que se consigue esta técnica tampoco está estudiado si es el correcto o se podría mejorar, entre otros aspectos. M. Belén Garre