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Nuevos modelos de identificación alimentaria

Nuevos modelos de identificación alimentaria
Objetivo, crear modelos acordes con los avances tecnológicos de la industria alimentaria
El Departamento de Agricultura (USDA), el Servicio de Seguridad Alimentaria e Inspección (FSIS), el Departamento de Salud (HHS) y la Agencia de Alimentación (FDA) estadounidenses, presentaron el pasado mes de mayo una proposición normativa dirigida a revisar los actuales modelos de identificación de los productos alimenticios. El objetivo es crear nuevos modelos acordes con los avances tecnológicos de la industria alimentaria y las expectativas del consumidor. La innovación tecnológica en el sector de la alimentación está obligando a revisar muchos de los conceptos sobre los que se ha venido asentando la industria alimentaria. Esta misma evolución es la que, gradualmente, está llevando también a reescribir alguno de los preceptos legales que rigen en el sector. Uno de los aspectos que en estos momentos es más candente es la que afecta a los modelos de identificación de los productos alimenticios en Estados Unidos. Distintas organizaciones vinculadas al sector han presentado ya una propuesta, cuyo plazo para presentar comentarios escritos sobre la misma finalizó el 19 de agosto de 2005. Tras su aprobación se abre una nueva etapa para EE.UU. en cuanto a la aceptación de nuevos productos y nuevas innovaciones tecnológicas aplicadas a los alimentos, todo ello sin que el consumidor se vea privado de su derecho fundamental a consumir alimentos seguros.
Identidad alimentaria La colaboración de las autoridades reguladoras sanitarias y alimentarias es esencial para estimular la I+D. Los modelos de identificación alimentaria en EEUU definen el nombre del producto y los ingredientes que deben ser usados en la elaboración de un determinado alimento, garantizando de esta manera el conocimiento que el consumidor pueda tener sobre los alimentos que consume. En este sentido, las normas alimentarias establecen las cantidades mínimas de ciertos ingredientes, el máximo de grasas contenidas o los métodos de procesamiento y preparación de los alimentos. La iniciativa trata de modernizar las normas alimentarias que disponen las Agencias estadounidenses para controlar los alimentos, a fin de que no se infrinjan las expectativas de los consumidores cuando consumen un producto previamente estandarizado. Y es que estos estándares de identidad definen un determinado alimento, su denominación, y los ingredientes que pueden o deben ser utilizados en su elaboración, así como los métodos adecuados de procesado, cocinado y preparación del mismo. En algunos casos incluso establecen los contenidos máximos de grasa o de agua presentes en el alimento, las cantidades mínimas de ciertos ingredientes, su procedencia (ya sea, por ejemplo, grasa animal o procedente de la leche), los ingredientes autorizados que debe contener el producto final, y aquéllos que opcionalmente pueden añadirse. La normativa de identidad alimentaria establece, por tanto, unos estándares que tienen por objetivo fundamental cumplimentar con las expectativas del consumidor con respecto al alimento consumido. Lo que se pretende es que el alimento responda a unas determinadas características previamente establecidas en las normas de identidad alimentaria. Así, el producto que no respete los estándares establecidos no podrá comercializarse bajo la denominación del producto concreto, si bien en algunos casos, y previa información directa al consumidor en el etiquetado, se permiten ciertas permisiones con respecto a algunos ingredientes. De este modo, las expectativas del consumidor no son infringidas, al ser previamente informado de lo que va a consumir.