Los semilleros almerienses están iniciando ya la segunda cosecha de esta temporada en la que los pimientos, pepinos y tomates dejan de ser los protagonistas para dar paso a los melones y sandías extra-tempranas que están empezando a llegar al semillero y que se comenzarán a transplantar en los invernaderos de la provincia entre enero y febrero. Julián Rosales, técnicos de Ejidoplant, ha explicado que las principales medidas que los semilleros toman para que se produzca un desarrollo adecuado de los melones y sandías pasan por proporcionar unas condiciones óptimas de temperatura para lo que es necesario dotar al semillero de calefacción para que las temperaturas no bajen de quince grados y mejora la ventilación para evitar una excesiva humedad, que es la causante de que aparezcan patógenos y se preparan mejor los techos y bandas de los semilleros. En la mayoría de los semilleros de la provincia los injertos de sandía los realizan mujeres debido a que tienen más habilidad en las manos, llegando a realizar entre setecientos y ochocientos injertos al día, según el técnico de Ejidoplant. “Existen dos técnicas para hacer los injertos manualmente como son el injerto de aproximación en que se hace una incisión en el tallo de sandía y otra en el portaijertos, donde hay una planta de calabaza, y se colocan un material de plomo para sujetar las dos plantas. De esta forma están hasta que transcurren unos 20 días estas dos se funden y crean un tejido común”, explica el técnico de Ejidoplant. La otra forma de realizar los injertos es los que se conoce como el injerto de púa. Ambos se suelen hacer sobre todo en sustratos de turba y en los casos en los que el agricultor tiene cultivo sin suelo, los sustratos más usados son la perlita y la lana de roca.