Si en 2006 el aceite de oliva batió récord tras récord en los mercados de origen, haciendo así gala de ser el oro verde de Andalucía, en estos momentos cotiza a su nivel más bajo de los últimos casi tres años, según revelan las estadísticas tanto del Ministerio de Agricultura como del sistema de precios Pool Red de la Fundación del Olivar. Tanta es su caída que, en la actualidad, es el producto que más se abarata entre las 57 rúbricas que se toman en cuenta para medir la inflación. 2,32 euros para los vírgenes extra, 2,28 para los vírgenes y 2,24 para el lampante -el que requiere ser refinado antes de pasarlo a la botella- son los valores que el kilo alcanza estos días. Al comparar tales importes con los registrados en las mismas fechas del año pasado, se extrae unos descensos del 26,8 por ciento, 25,7 por ciento y 23,3 por ciento, respectivamente. Y si el cotejo se realiza sobre la tercera semana de agosto de 2005, los recortes son más acusados y superan el 30 por ciento para todas las variedades. El kilo de virgen extra -considerado el aceite de mayor calidad- se ha abaratado un euro en dos años y más de dos euros si se toma como referencia la cotización histórica de 4,3 labrada a principios de 2006. Para encontrar cotizaciones inferiores a las que actualmente arrojan los mercados de origen -agrarios o a salida de la almazara- hay que remontarse a los meses de diciembre de 2004 y enero de 2005, según indican las gráficas tanto del Ministerio de Agricultura como del sistema Pool Red, que calcula el valor sobre las operaciones diarias que ejecutan 475 almazaras y cooperativas repartidas por toda la geografía española. ¿Por qué la severa depreciación? La razón no es otra que unos stocks superiores a los previstos y la necesidad que tienen las almazaras de aliviar sus almacenes de cara a la próxima campaña, que se presume elevada en producción.