El gerente de Hortosalvi en Almería, Moreno Fiorini, ha hecho referencia al circuito que lleva a cabo las cajas desde su alquiler a los proveedores hasta su vuelta a las máquinas de lavado que por ahora están situadas en Italia. «El circuito es muy sencillo. Las cajas llegan a nosotros y después las entregamos a los proveedores que las solicitaron. A continuación se envasa la mercancía y ésta va al supermercado al que se han vendido las hortalizas o las frutas. Después, cuando se vende toda la mercancía se vuelven a plegar las cajas y es la propia empresa de CPR la que va a recogerlas a cada uno de los supermercados. Una vez que han sido lavadas, ya están preparadas de nuevo para que vuelvan a ser alquiladas a otros proveedores». Ahora mismo el coste de alquiler de las CPR es de 40 céntimos la más pequeña, que tiene unas medidas de 34/10. Este alquiler consiste en que cuando el proveedor hace el pedido de las cajas que necesita paga esa cantidad de dinero por cada una de ellas y puede tener en su poder la CPR hasta dos meses con la condición de que ésta siempre esté en movimiento. «Si la caja está más de dos meses y no ha vuelto a su origen, nosotros nos veremos obligados de volver a cobrarle al proveedor el alquiler de la caja que tenga», argumenta Moreno. En la actualidad la máquina de lavado que se emplea para poder poner de nuevo a disposición las cajas que han sido usadas anteriormente se encuentra en Italia, por lo que las CPR solo pueden ser empleadas por supermercados de este país. Las cajas de plástico retornables tienen un sin fin de ventajas tanto para el transporte, como para la seguridad o el bienestar del medio ambiente. Este nuevo sistema de embalaje es muy limpio ya que cada vez que se usan las cajas son lavadas en su respectiva máquina, además de que es una manera de ahorrar en el embalaje. Con respecto al cartón, las cajas retornables son más ecológicas.