Mejora de rendimientos En relación al sector agrario, la tendencia es la optimización de los rendimientos productivos por metro cuadrado, esto conlleva un incremento del consumo energético, como son más automatismos, motores o sistemas de calefacción. José María Bayo explica que en los países del norte de Europa ya existe una preocupación en relación al consumo de combustible fósil, como es el caso de la producción hortícola en Holanda. Los compromisos adquiridos como el Protocolo de Kioto, que obliga a la reducción de los gases de invernadero, provoca que ya se estén mirando evitar el uso de los combustibles fósiles. «La tendencia de Almería es el incremento de las necesidades energéticas por hectárea de invernadero y a la vez esta tecnificación va unida a un momento en el que el resto de Europa está mirando cómo hacer más sostenibles desde el punto de vista energético los invernaderos, por lo que creo que estamos en un buen momento de obtener más energía con aplicaciones más renovables y más cuando tenemos las condiciones óptimas para hacerlo», explica Bayo. Almería aún no dispone de invernaderos a los que se les suministre energía mediante placas solares con cierto grado de tecnificación. Para adecuar las placas solares en las superficies invernadas habría que aprovechar las zonas muertas de las explotaciones donde se colocarían los colectores y a través de un intercambiador de calor se acumularía la temperatura en una balsa aislada, que serviría para calentar el agua de riego o para la calefacción. La inversión en energías renovables siempre es elevado, pero según Bayo existen líneas de ayudas que reducen los costes iniciales. «El grado de sofisticación necesario para los invernaderos, es menor que las que necesitan en unas instalaciones que sean industriales por lo que los costos se reducen considerablemente», indica el técnico de Coexphal. Eunate Serrano