Las administraciones de Industria y Agricultura harán una puesta en común para promover las plantas de cogeneración en los invernaderos andaluces, según adelantó ayer el consejero Martín Soler tras la reunión mantenida en Madrid a raíz de la crisis del tomate marroquí. El consejero apuntó en la reunión con la ministra se acordó poner en marcha "un nuevo plan de modernización para el cultivo del tomate y en el que se contará con incentivos desde industria para la implantación de energías renovables que permitan abaratar costes". Con esa declaración de intenciones Soler abre las puertas a las plantas de cogeneración en los invernaderos, sistemas que alimentados por gas natural producen electricidad y energía térmica. Estas instalaciones tienen una óptima eficiencia en las transformaciones energéticas y con mínimas contaminaciones ambientales. Pese al interés que existe entre los agricultores más avanzados en instalar estos sistemas, su puesta en marcha implica un largo y tedioso proceso administrativo. La actual administración autonómica no permite que los proyectos de invernaderos lleven adosados plantas de cogeneración como una mejora o innovación, sino que su tramitación es independiente y por medio de Industria. El hecho de partir los proyectos de mejora en dos vías totalmente distintas provoca que los agricultores se lo piensen dos veces antes de acometer estas innovaciones, pero la puerta abierta por el consejero de Agricultura puede dar pie a una nueva revolución en el campo almeriense.