Con todo lo obtenido en estas pruebas, los expertos han explicado que otro de los resultados que se consiguieron, así como el objetivo también planteado desde un principio, fue el incremento del cuaje real del melón que ha sido del 35 por ciento con respecto al testigo. Pero Fuster, también ha destacado otro resultado, y es que, como es habitual seis días antes de la fecha prevista para la recolección, se produce la muerte súbita. Todas las plantas murieron a excepción de las del ensayo. Del mismo modo, el estudio ha pretendido encontrar una serie de productos naturales con los que se le permita a la planta estar más preparada para los posibles ataques que pueda sufrir, tanto enfermedades de suelo como plagas que puedan llegar a lo largo de la campaña hortícola. Así, Fani Fuster ha explicado que «de esta manera estamos suministrando una serie de bioestimulante natural que son preventivos o que hace que la planta se haga más fuerte. La apariencia de la planta de cara al exterior es la misma, ya que no tienen ningún efecto sobre sí, pero lo que es destacable es que sabe afrontar sin problemas cualquier efecto anómalo que intente dañar al cultivo a lo largo de su ciclo de producción».