La organización agraria UPA en la provincia estima que en esta campaña 2009/2010 podría incrementarse el número de hectáreas destinado al cultivo de cereales en Almería. Según explicó su secretaria general, Francisca Iglesias, "si bien es cierto que, a nivel andaluz, se prevé una reducción de la superficie, en Almería estimamos que subirá". El motivo, a su juicio, no es otro que "las ayudas que, dentro del ‘Chequeo Médico' de la PAC, se entregarán a las comarcas con menor rendimiento" y  entre las que se encuentra la provincia. Almería se convertirá, de este modo, en la única excepción dentro de la Comunidad Autónoma Andaluza y es que, según los datos facilitados por COAG, las cifras para esta campaña de cereales de invierno apuntan a una reducción de superficie cercana al 15 por ciento en toda Andalucía. De este modo, se pasaría de las más de 732.000 hectáreas de cultivo de 2008 a poco más de 629.000 hectáreas en la campaña que acaba de comenzar.

Por otro lado, desde UPA en la provincia señalaron que, de momento, los agricultores están llevando a cabo la siembra de estos cereales de invierno, es decir, de la cebada, la avena y el trigo. En este sentido, Iglesias explicó que, por lo pronto, "la gente está preparando la tierra" y, en principio, "las últimas lluvias han sido buenísimas", aunque quiso dejar claro que "esto no significa que la cosecha vaya a ser buena". Es más, las lluvias realmente importantes y que pueden decidir el devenir del cultivo son las que se produzcan en los meses de marzo y abril.

Asimismo, la secretaria general de UPA-Almería aprovechó la oportunidad para hacer balance de la última campaña de cereales, una campaña que calificó de "mediana". Y es que, según matizó, si bien antes de iniciarse la cosecha "previmos que la producción rondaría los 2.500 kilos por hectárea", lo cierto que es que, al final, en algunas zonas, "se recogió mucho menos cereal". Entre las causas de este menor volumen de producción, Iglesias citó la existencia de "temperaturas extremas" que hicieron que "el peso del grano fuera menor" y, por tanto, cayera el rendimiento del cultivo. En cualquier caso, según los datos de los que dispone la organización agraria, la producción media rondó los 2.000 kilos por hectárea, aunque "lo peor fueron los precios".