Para Vargas, el problema que tiene actualmente Almería con la comercialización de estos productos de primavera radica en «la introduciendo melón y sandía en Europa procedente de los países que integran Mercosur, principalmente Brasil, durante todo el invierno, con unos niveles de calidad por debajo de los establecidos». Por esto, no entiende que, «después queramos subir las exigencias para los productores españoles, pues lo único que conlleva es una situación diferenciada sin que se mire con el mismo rasero». Por ello, insiste Vargas, «en lo que se debe trabajar es en el cumplimiento tanto de las mismas exigencias, lo que Puxeu, el secretario de Estado de Medio Rural y agua, llama reciprocidad, para todos, como en la diferenciación del producto en los lineales para que el consumidor valore realmente la calidad de unos y otros».

En estos momentos, explica el presidente de la organización agraria, el precio viene siendo bajo por dos motivos. Por una parte, una de las causas que incide en la cotización es «la baja temperatura que está haciendo hasta la fecha en los países de destino, así como el consumidor aún no es consciente de que se ha iniciado la campaña en Almería, donde la calidad de maduración es importante. Además, asegura que los consumidores no han distinguido en el tiempo previo al inicio de la campaña en Almería, el origen del producto. De esta forma, insiste Vargas,  «si los consumidores europeos no saben que el producto que compran se ha cultivado en Sudamérica y no han terminado satisfechos su reacción es evitar adquirir nuevamente un producto similar, por tanto el consumo desciende y lo paga el melón y la sandía que cultivamos nosotros, afectando directamente a su cotización».

Aunque estos problemas se registran tanto en melón y sandía, en lo que se refiere al primer producto, apunta Vargas, «nos encontramos con una dificultad más y es que  «mientras que en sandía estamos trabajando en mejorar las calidades y en mejorar el sabor, en melón, los departamentos de investigación de las casas de semillas están centrando su esfuerzo en conseguir melones con larga vida y no miran tanto su sabor. Los que salen buenos de calibre están aprovechando para plantarlos en Almería».