La Junta de Andalucía destinó durante el pasado año 8 millones de euros al Programa Nacional de Control de Insectos Vectores en Almería. De este modo, la Administración andaluza demostraba su apoyo incondicional al cambio del método de cultivo producido en la provincia y que tan buenos resultados está dando. Durante la campaña pasada, y según indicaron desde la Delegación Provincial de Agricultura y Pesca de la Junta, los agricultores almerienses solicitaron ayudas para un total de 19.526 hectáreas, casi un 4% más que un año antes, cuando la superficie de cultivo para la que pidieron estas subvenciones ascendió a 18.808 hectáreas.

Por cultivos, y como no podría ser de otra manera, el pimiento está a la cabeza en número de solicitudes, seguido, aunque a cierta distancia, por el melón. Sandía y tomate se encuentran en tercer y cuarto lugar en este ranking.

Desde hace cuatro campañas, justo cuando se produjo el ‘boom de la lucha integrada en la provincia, desde la Junta de Andalucía mostraron todo su apoyo al sector. Tanto es así que, junto a estas ayudas, desde la Administración regional respaldan la investigación en torno a este método de cultivo cada día más extendido. Sin ir más lejos, desde esta Administración pusieron en marcha un protocolo de actuación para combatir la llegada de la Tuta absoluta a la provincia y, además, desde el centro IFAPA La Mojonera se investiga en posibles avances que vengan a cubrir nuevas necesidades generadas en el quehacer de los agricultores.

Inversiones anteriores

Por otro lado, una campaña antes, en la 2008/2009, la Junta de Andalucía destinó 21 millones de euros a subvencionar la lucha integrada. Pese a que esta cifra se distribuiría en toda la Comunidad Autónoma, ya entonces, desde la Administración estimaron que el 98% del total se destinaría a subvencionar la fauna auxiliar para luchar contra las plagas en los invernaderos almerienses. Asimismo, esta cantidad fue mucho mayor que la de un año después, entre otras cosas, porque tuvo que financiarse todo el despegue del control biológico, cuyas técnicas se expandieron por miles de hectáreas en apenas dos campañas.

Desde la Junta valoraron entonces la apuesta no sólo de los agricultores de la provincia, sino también de las comercializadoras y, en última instancia, de la propia Administración, ya que estaba comenzando a repercutir positivamente en los productos almerienses en el mercado internacional.



ISABEL FERNÁNDEZ