Y es que, según comenta Rafael Font, responsable del departamento, «cada vez es más necesario el hecho de mejorar los productos y su durabilidad, ya que cuanto más tiempo se mantengan en perfectas condiciones mejor para el agricultor y para el cliente, ya que la rentabilidad va a verse multiplicada en ambas partes». En estos momentos, el calabacín es el producto estrella del Área de Tecnología Postcosecha del Ifapa de La Mojonera, ya que ha sido la hortaliza elegida para mejorarla en todos sus aspectos, tanto en el ámbito productivo como en la rentabilidad económica para la provincia de Almería.

En concreto, una de estas líneas de investigación puestas en marcha por el centro de La Mojonera aborda «determinar las temperaturas y humedades óptimas para alargar la vida de calabacín IV gama, permitiendo de esta manera que el mencionado producto pueda ser comercializado en mercados más lejanos que los actuales de Europa occidental, o bien, disponer de un producto que aguante con sus características de frescura durante un tiempo más prolongado en los lineales de las superficies distribuidoras, reduciendo las pérdidas para el comerciante, en algunos casos muy elevadas», explica Rafael Font.

Erradicar alteraciones

La otra línea de trabajo, también centrada en el fruto de calabacín, pretende optimizar el manejo del frío y humedad en la postcosecha del fruto fresco, impidiendo o minimizando la aparición de punteado en la superficie del fruto, alteración que causa importantes pérdidas económicas para los productores. De hecho, el responsable del Área indica que «la erradicación de estas alteraciones postcosecha en el fruto, o su retardo en la aparición, incrementarían su potencial para ser comercializados en destinos más lejanos». Y es que, como es conocido, las comercializadoras almerienses están en continua búsqueda de nuevos mercados a los que llevar el género y el tiempo de llegada a destino no debe ser un problema.


ELENA SÁNCHEZ