La implantación de la lucha integrada ha trastocado el quehacer diario de todos los agricultores de la provincia. De un control químico se ha pasado a un control integrado, es decir, que combina el uso responsable de los fitosanitarios con el empleo de fauna auxiliar contra las plagas, y esto, claro está, no ha dejado indiferente al productor.

En este sentido, Lola Gómez, gerente de Clisol Agro, explicó que, sobre todo, lo que se ha producido ha sido "un cambio de planteamiento". "Hay que planificar, como siempre, la campaña, pero el modelo ha cambiado". De este modo, indicó que, a diferencia de lo que ocurría hace unos años, "el agricultor, en estos momentos, tiene que ser un gran observador" y, por ello, "ha pasado de echar mucho tiempo preparando y planificando los tratamientos a invertirlo en observar, en ver cómo se instala el bicho o dónde aparecen focos de pulgón". A partir de esta observación, el agricultor toma decisiones y actúa.

Junto a este predominio de la observación sobre cualquier otra cosa, la gerente de Clisol Agro apuntó que, con la llegada de la lucha integrada, "los productores tienen una nueva preocupación". El clima era algo que, hasta hace muy poco, casi no repercutía en el desarrollo del cultivo, a menos que la lluvia o el viento llegaran en forma de ‘catástrofe'. Ahora, sin embargo, "el agricultor está más pendiente del clima, ya que tiene insectos vivos en el invernadero y debe garantizar que siga siendo así". El exceso de humedad, el frío y, cómo no, el calor sofocante, pueden ser grandes ‘enemigos' de los agricultores.

Por otro lado, entre las actividades más frecuentes que se realizan en el interior del invernadero y que se han visto afectadas por la llegada de los depredadores naturales, Lola Gómez destacó la poda. "Antes, nada más podar, se recogían las hojas del suelo. Ahora, sin embargo, debes dejarlas algunos días para que los ‘bichos' se trasladen de esas hojas al cultivo".

Fuera de la finca

Pero los cambios no sólo se han producido dentro de la finca, donde, entre otras cosas, "ahora hay mayor calidad de vida", sino también fuera de ella. La fauna que rodea las explotaciones agrarias de la provincia ha vuelto a renacer y así, por ejemplo, "los agricultores dicen que están volviendo a ver lagartos, lagartijas, e incluso, alguna culebra". Junto a estos animales, más o menos agradables para muchos, las crisopas también han hecho acto de aparición en el entorno de los invernaderos. Las crisopas son una especie de mariposas que, entre otras cosas, son grandes depredadoras de pulgón.

La implantación de la lucha integrada en la agricultura invernada de la provincia ha supuesto una revolución en todos los sentidos y, lo que es más importante aún, seguirá revolucionando el campo almeriense. "No llevamos mucho tiempo, pero creo que lo estamos haciendo muy bien", afirmó Lola Gómez, que indicó que, en cualquier caso "tendremos que estar pendientes ante los nuevos cambios que vayan surgiendo". Y es que, con la llegada de los insectos auxiliares a las fincas, a su alrededor comienza a aparecer esa nueva fauna que puede, según los casos, beneficiar o no el desarrollo de los distintos cultivos. "Habrá que seguir observando y actuar según las circunstancias", concluyó Gómez.



ISABEL FERNÁNDEZ