Un departamento formado por quince técnicos de campo, todos ellos Ingenieros Técnicos Agrícolas con formación en Producción Integrada se encarga de atender las necesidades de los cerca de 400 socios agricultores con que cuenta esta cooperativa y a los cuales se forma constantemente con el fin de asegurar que tanto las prácticas de cultivo, como las técnicas de producción y la gestión de los residuos son respetuosas con el medio ambiente. Pero el trabajo no concluye en el invernadero, sino que este departamento tiene también bajo su responsabilidad las centrales de manipulado que están supervisadas por un técnico de calidad titulado en Ciencias Ambientales que refrenda la calidad del trabajo que se realiza en los dos centros con que cuenta Vicasol. "El trabajo de cada técnico consiste en asesorar en todas las fases del cultivo. Así, entre nuestras funciones está la de indi car el momento idóneo para realizar las sueltas de los enemigos naturales y la dosis necesaria para asegurar el buen éxito del cultivo", explica Juan Carlos Urrea, responsable del departamento técnico.

La implantación de la producción integrada, sin embargo, no ha sido una tarea fácil. Lograr extender esta técnica biológica al cien por cien de los cultivos ha sido un trabajo progresivo que se ha logrado hace ahora tres años. Así, el cultivo pionero en la implantación del control integrado fue el pimiento "ya que desde hace años se dispone de dos enemigos naturales, como son el Orius laevigatus y el Ambliseius swirskii, que controlan de forma complementaria el trips y la mosca blanca, que son las dos plagas principales y que además son transmisoras de importantes virosis". Posteriormente se cultivó la totalidad de la berenjena y el pepino mediante técnicas de control biológico. Sin embargo, ha sido el producto estrella y mayoritario de la cooperativa el que más dificultad en la implementación de la producción biológica ha provocado. "El tomate presenta una enorme dificultad debido al tiempo que tardan en establecerse los insectos auxiliares y el riesgo de infección por virosis que se corre al inicio del cultivo".

Mosca blanca y tuta absoluta
No obstante, hoy todas las fincas de Vicasol, cerca de 850 hectáreas, trabajan en producción integrada, una técnica que, por otro lado, sigue avanzando. Según señala el responsable del departamento técnico, "para esta campaña hemos introducido un nuevo protocolo de control integrado en tomate y en berenjena que consiste en realizar las sueltas en el semillero de Nesidiocoris tenuis, enemigo natural de estos dos productos. La suelta se realiza una semana antes del transplante en el invernadero y con este sistema se ha incrementado notablemente la eficacia en el control de mosca blanca y de tuta absoluta, ya que conseguimos tener niveles de auxiliares altos desde el inicio del cultivo, cosa que no se consigue con los otros protocolos ya que tardaba demasiado en instalarse y el cultivo quedaba algo desprotegido contra estas plagas en su fase inicial".

Todo este esfuerzo tiene su compensación ya que hay muy buenas razones para no desviarse de las técnicas biológicas. "Entre las ventajas destacaría el descenso de la incidencia de las virosis que afectan a los cultivos hortícolas protegidos así como del empleo de productos fitosanitarios que también repercute en los costes. Por otro lado, se evita la aparición de resistencias de las plagas a los productos químicos y se mejora sustancialmente la aparición de resistencias de las plagas a los productos químicos. Todo ello sin olvidar que con estas técnicas obtenemos un producto más competitivo, libre de residuos y sin coste ambiental, que hoy demanda la sociedad, además de aumentar su calidad, lo que repercute en los ingresos del agricultor", concluye Urrea.