La campaña hortofrutícola pasada fue una de las más irregulares que recuerda el sector, tal y como ha quedado reflejado en opiniones de los responsables a lo largo del año y como ha recogido análisis de campaña que realiza año tras año el Servicio de estudios de la Fundación Cajamar. El correspondiente a la campaña 2009-2010 lo resumía el jefe del Servicio y responsable del mismo, David Uclés, con datos reveladores. Los costes de producción aplicados a la actividad hortofrutícola habían descendido durante el pasado año agrícola en torno al 4%. No obstante, en el último tramo de la campaña y en el principio de la presente el precio de los principales insumos había iniciado un particular repunte, desluciendo la tendencia que registró entre 2009 y 2010. Uclés, advirtió en su exposición que el sector almeriense «había batido un récord de exportación». El 60,8 por ciento del producto cultivado se comercializó en mercados extranjeros. Sobre los destinos, se produjo un retroceso de la demanda alemana, pero un aumento de las ventas realizadas en territorio francés. El desarrollo de la campaña estuvo marcado por la climatología. La inicial avalancha de productos en la primera parte de la misma en la que se registró precios, por debajo de costes de producción en algunos casos, dio paso a una recuperación en la segunda parte. Entrado el presente año las cotizaciones marcaron al alza y aunque el volumen obtenido mermó, facilitó que en el balance final el valor de las frutas y hortalizas aumentara un 2,3%, a pesar de la reducción del volumen fijada por la Fundación Cajamar en un 3, 47%. No obstante, en el informe se hace alusión a los problemas que se están manifestando en el campo en los últimos años, y por tanto, que inciden en el resultado final campaña tras campaña. Así, la creciente competencia internacional, uno de los síntomas que genera más dudas, se está manifestando como la mayor amenaza para el sector. La solución, según los distintos responsables de áreas de Cajamar que intervinieron en la presentación el informe la pasada noche del jueves, pasa por una mejora de la competitividad. Esto se consigue, apuntó Miguel Rodríguez, director de Negocio Agroalimentario, «mejorando las estructuras de las explotaciones con el conocimiento que durante estos años hemos adquirido, así como ganando en dimensión empresarial». Modernización de invernaderos y concentración de la oferta comercial en origen, son objetivos prioritarios para el sector hortofrutícola almeriense.



JOSÉ ESTEBAN RUIZ