Como cualquier ciudadano tendrá que afrontar un aumento en la factura mensual por la electricidad consumida en su hogar, pero, a su vez, destinará más dinero para cubrir los gastos energéticos derivados de la producción de frutas y hortalizas, estos son, por un lado los que genera su factura individual propia de la actividad realizada en el invernadero y, por otro, aquellos relativos al aumento del coste del agua que provoca esta subida de las tarifas eléctricas en el seno de las distintas comunidades de regantes, donde gran parte de la facturación que realizan a los productores se basa en el coste energético, como explican desde Coag-Almería. Pero para los productores, estas tarifas tienen otro efecto colateral ya que se verá reflejado negativamente en el precio que reciben por sus productos.

Las comercializadoras estiman un coste de manipulación de las hortalizas que posteriormente retienen al agricultor del precio al que vendió el producto. Pues bien, el empleo de energía eléctrica en las empresas hortofrutícolas es crucial para la actividad y con esta subida el gasto se dispara, por tanto, proporcionalmente, este incremento de costes se verá reflejado a la inversa en el precio que el agricultor recibe, en definitiva, un descenso de sus ingresos.

Para Andrés Góngora, secretario provincial de Coag Almería, el panorama no es nada halagüeño. Por ello, «sería interesante que comenzarán a operar nuevas empresas oferentes de energía eléctrica para que realmente se actuara en un libre mercado e influyese en la oferta de tarifas más atractivas para el agricultor, en particular, y el ciudadano en general», señala el responsable de la Coordinadora de Organizaciones.

Aunque el Partido Popular de Almería ha manifestado a través de un comunicado que el gasto global de los agricultores dedicados al cultivo de frutas y hortalizas se elevará en un año en más de un millón y medio de euros, como indican las organizaciones agrarias Coag y Asaja «podría superar perfectamente los 4 millones de euros», si se incluyen todas las actividades relacionadas con el negocio de las frutas y hortalizas, ésto es, la actividad en los centros hortofrutícolas, donde es necesaria la electricidad en todo el proceso de manipulado y en el que el mantenimiento de las cámaras frigoríficas para conservar el producto conllevan un gasto energético importante.

Según el parlamentario andaluz del Partido Popular y alcalde de uno de los municipios agrícolas más importantes del Poniente almeriense como es La Mojonera, José Cara, los últimos anuncios del Gobierno, «el acuerdo entre la Unión Europea y Marruecos y la subida de la tarifa eléctrica», requieren de medidas a posteriori para reducir el impacto en el sector agrícola. Así, Cara apuesta por que el Gobierno conceda «bonificaciones para el sector ya que en los últimos tres años el recibo de la luz ha subido un 70 por ciento, incremento que se añade a otros como el IVA, el gasóleo, los fertilizantes o el impuesto que gravará a la agricultura contemplado en la nueva Ley de Aguas de la Junta de Andalucía». Asimismo, Cara considera que «los gastos de nuestra agricultura se están disparando mientras la competencia es cada vez mayor y todo ello con el aplauso del Gobierno socialista y la complicidad de la Junta».


JOSÉ ESTEBAN RUIZ