Nada gusta a la Asociación de Perjudicados por la Comunidad Rambla Morales la última acción iniciada por su presidente, Juan Garrido, para volver a celebrar una asamblea de socios de la comunidad de regantes para insistir en la venta de la desaladora a Acuamed y la novación del crédito que mantiene con La Caixa. Lo cierto es que el presidente de esta asociación, Bonifacio Berenguel, no entiende el cambio repentino del presidente de Rambla Morales que anunciaba a través de este periódico su futura dimisión a finales del mes de julio y, algo menos de un mes y medio después, esté dispuesto a repetir la última asamblea. Berenguer califica de «indignante» la postura mantenida desde la presidencia que «pretende pasar por encima de la voluntad democrática de la mayoría ya expresada, insistiendo una vez más en sacar adelante la venta de la desaladora a Acuamed, habiendo sido esta propuesta rechazada por la mayoría de forma aplastante en dos ocasiones en este año». Esta insistencia desconcierta a Berenguel que recuerda a Juan Garrido las declaraciones en las que aseguraba que anunciaría su dimisión ante el fracaso de su propuesta. No obstante, afirma el presidente de la asociación, «sigue ahí aferrado a su cargo todavía cuando  debería asumir dignamente ese resultado de una vez por todas, sin culpar a nadie de una decisión adoptada por los comuneros libremente y esforzarse por dar cumplimiento a los estatutos de la comunidad que le obligan a presentar las cuentas a los socios sin que hasta la fecha las haya expuesto, desconociéndose la deuda actual de la comunidad».

Según explica el presidente de la Asociación de Perjudicados por la Comunidad, «ningún asociado se arrepiente de votar en contra de la operación propuesta, sino que por el contrario cada vez son más los que se unen a la asociación que cuenta ya con 300 miembros». Este aumento, señala Bonifacio Berenguel, es consecuencia de «la desconfianza que genera la política de Juan Garrido y los argumentos con los que se está intentando desesperadamente convencer a los comuneros, en los que se barajan unas cantidades que éstos tendrían que pagar en caso de producirse la venta, totalmente inverosímiles, y se ofrece una información sesgada y manipulada que ha llevado a muchos agricultores a sentirse engañados ante la falta de transparencia y claridad».

Sobre la recogida de firmas que se está llevando a cabo para repetir la votación de la venta de la desaladora y renegociación del préstamo, Berenguer considera que «es dar una vuelta de tuerca más en el objetivo de la actual  junta de gobierno para sacar adelante  la operación a toda costa, no dudando en tergiversar la normativa de la comunidad al exigir sólo la mayoría simple de los asistentes para la aprobación de un acuerdo de tal envergadura, cuando realmente, sería necesaria la mayoría absoluta de todos los votos de la comunidad , por la importancia y gravedad del asunto».

J. E. R.