Mirando hacia los mercados en los que se venden las frutas y hortalizas han iniciado la campaña los agricultores y comercializadores hortofrutícolas de la provincia de Almería, tratando de asimilar las posibles consecuencias que pueda generar este año la pasada crisis de la ‘E.coli’. Mientras el ‘temor’ se centra en las exigencias que llegan por parte de los principales clientes, el verano no deja paso al otoño y, como ocurriese hace un par de campañas, la alta temperatura está siendo la verdadera protagonista en el inicio de la campaña 2011-2012. Uno de los efectos que está provocando el calor es el desarrollo vegetativo de la planta acompañado de un escasa evolución del fruto», como confirma el secretario provincial de Coag, Andrés Góngora. Pero, a diferencia de hace dos campañas, los precios en origen de las hortalizas «no están siendo tan malos», compara Alfonso Zamora, gerente de la Federación de Empresarios-Comercializadores de Frutas y Hortalizas de Andalucía (Ecohal). Y es que entonces, se registró el peor inicio de venta recordado desde hacia tiempo, con precios al agricultor muy por debajo de los costes de producción. Esta situación, prolongado durante los cuatro primeros meses de campaña, desencadenó diferentes revueltas en el campo almeriense en las que se hizo protagonista una huelga de dos jornadas que, a la postre, quedaría reducida a un sólo día.

Las temperaturas «están siendo poco idóneas para las semillas que ha sembrado el productor puesto que están recomendadas para un periodo determinado precisamente por las condiciones climatológicas que se registran en la misma», explica Andrés Góngora. Al respecto, añade que «indudablemente, estas circunstancias influyen de forma negativa en el desarrollo del inicio del cultivo». Para paliar estas altas temperaturas, se está manteniendo el blanqueo del invernadero en esta época. «Después de quitar el blanqueo, he vuelto a blanquear. Es la primera vez que tengo que hacerlo», expone a modo de ejemplo  Góngora.

En esta ocasión los precios acompañan, al menos, «para el momento en el que se encuentra la campaña», asegura Zamora. Esta misma opinión la comparte Manuel Galdeano, presidente de la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas (Coexphal) que asegura que «excepto en algún producto, como el caso del tomate en el que se ha estado registrando un precio bajo, el resto se mantienen en registros por encima del pasado inicio de campaña.

Según el presidente de Asaja, Francisco Vargas, las cotizaciones están siendo diferentes a las de hace dos campañas por la coincidencia de varios factores. Por un lado, el responsable de Asaja achaca el comportamiento de los precios en origen al descenso de la producción de hortalizas en Europa. «Holanda está sufriendo una climatología adversa que está incidiendo en un descenso de sus producciones. Los productores de este país deben recurrir a la calefacción para mantener un nivel de producción que no les renta debido al precio del producto». Además, suma Vargas, «la legislación francesa en márgenes comerciales que ha entrado este año en vigor, está evitando que el precio en origen de sus productos caiga. Por tanto, al ser el valor de los mismos más alto hace que las cadenas de distribución busquen el género en España. Más demanda por tanto, más precio».

A medio plazo, la prolongación de las temperaturas estivales puede generar situaciones de sobreproducción. Así, explica el presidente de Asaja que «este año Marruecos mantiene un calendario productivo similar al nuestro y las temperaturas están afectando igualmente en aquellas zona, por lo que, de seguir esta misma climatología, nos podemos encontrar más adelante un mercado con una amplia oferta en hortalizas como tomate o calabacín. Por tanto, si esto ocurre, las cotizaciones de ambos productos se vendrán abajo».

Costes

Los costes de producción no se han incrementado por igual. Mientras que el gasto que un agricultor debe afrontar en productos fitosanitarios para tratar el cultivo es menor campaña tras campaña, principalmente,  por la utilización de fauna auxiliar para controlar las plagas, que a su vez, requiere también progresivamente menos inversión, otros insumos como los fertilizantes, las semillas, los plásticos y la energía han incrementado su coste en el último año.

Para Andrés Góngora, secretario provincial de Coag, uno de los gastos más importantes, dentro del conjunto de materias que han incrementado su valor, se hace en el consumo de energía, sobre todo en lo que se refiere al sistema de riego. Al respecto, el presidente de Asaja, Francisco Vargas, apunta que «las comunidades de regantes están pagando un 15% por el consumo de agua que hace un año». Por otra parte, afirma Vargas, «el precio de las semillas más novedosas se ha incrementado entre un 20% y un 30% de media». Según Vargas, con injerto, que suma el doble, «la hectárea de tomate ha pasado a costar de 6.000 a 12.000 euros».