Este descenso de precios con respecto al inicio de la campaña pasada se debe, en primer lugar, al adelanto de las producciones almerienses, que coinciden en el tiempo con las holandesas, francesas, e incluso, murcianas, y, en segundo lugar, a la 'resaca' de la 'crisis del pepino'.

En este sentido, Andrés Góngora, secretario provincial de Coag, comentó que, «el año pasado, el producto que había por estas fechas era anecdótico, ya que la campaña de tomate se retrasó en torno a un mes»; sin embargo, en esta ocasión, «hay bastante volumen», aunque «ni mucho menos podemos hablar de que haya un exceso de producto», sino de que «aún hay producción en otros países europeos». En esta misma línea se manifestó Juan Ruiz, comercial de Frudelia S. L., quien afirmó que «todavía hay género en el Centro y el Este de Europa» y, además, «en España no hay mucha demanda».

La climatología reinante en el Viejo Continente está propiciando que muchos de los países que importan tomate de Almería aún tengan producciones propias y, claro está, sus consumidores se decantan por esta producción local. Por ello, Ruiz afirmó que la campaña, en estos momentos, «viene marcada por la climatología» y de ella dependerá, precisamente, la recuperación de los precios, al menos en un primer momento. «Septiembre es un mes para empezar a producir en Almería y este año ya hemos producido», apuntó.

'E. coli'
Pero junto a lo temprano de las producciones almerienses, agricultores y comercializadoras coincidieron al afirmar que la crisis desatada por la detección de la bacteria 'E. coli' en partidas de pepino en Alemania sigue teniendo sus repercusiones en este arranque del ejercicio. De este modo, Góngora indicó que «todavía arrastramos la crisis de la 'E. coli'» y añadió que, de hecho, «Holanda tiene mucho tomate, pero a precios muy bajos» y que, año tras año, sirven de referencia a la provincia a la hora de adentrarse en los mercados.

Por su parte, José María Andújar, presidente de Casi, lamentó que «los mercados aún se resienten tras las graves acusaciones vertidas por Alemania». Según afirmó, «no tenemos un exceso de producción»; más bien, «el miedo que hubo en los mercados meses atrás sigue dejando huella». Por ello, indicó que «la recuperación podría tardar».

Por último, Góngora comentó que el adelanto de la producción en este ejercicio está teniendo repercusiones en la calidad del tomate, debido a las altas temperaturas a las que se han visto sometidas las plantas. Así, apuntó que, debido, precisamente, a estos problemas de calidad, «nos va a costar un poco más echar a otros orígenes del mercado». El calor no sólo ha afectado al desarrollo del tomate, sino que otros cultivos como el pepino o la berenjena también están teniendo problemas de calidad.



ISABEL FERNÁNDEZ