En este sentido, los datos del mes pasado ponen de manifiesto que, mientras los agricultores cobraron, de media, 0'48 euros por el kilo de tomate ensalada, los consumidores pagaron 1'93 euros por ese mismo kilo de tomates, es decir, un 302% más. En el caso del pimiento verde, los productores cobraron por cada kilo comercializado 0'57 euros, mientras que los consumidores lo encontraron a 1'88 euros en los lineales de sus supermercados, un 230% más caro.

Pese a todo, los caos de tomate o pimiento no son, ni mucho menos, los más alarmantes. Y es que el precio de la cebolla se incrementó en más de un 1.600% entre el origen y el destino, mientras que que el del limón aumentó un 969%. Otras hortalizas cultivadas en la provincia almeriense fueron 'víctimas' de unos márgenes comerciales algo menos abusivos; así, por ejemplo, el precio del pepino pasó de 0'41 euros en origen a 1'54 euros el kilo en destino (un 276% más), mientras que la berenjena se vendió a 0'79 euros en el campo y llegó a 1'84 euros el kilo en manos de los consumidores. Menos significativo fue el margen comercial detectado en el calabacín que, si bien los agricultores lo vendieron a 1'06 euros el kilo, los consumidores lo compraron un 55% más caro, es decir, a 1'64 euros.

El Ipod agrícola se situó, en general, en 4'91, es decir, los consumidores pagaron en enero casi 5 veces más por estos alimentos que el precio percibido por los agricultores. Esta cifra es ligeramente inferior a la de los meses de noviembre y diciembre de 2011 cuando, de hecho, el Ipod se situó por encima de los 5 puntos, en diciembre, y de los 5'5 puntos, en noviembre. Asimismo, el diferencial de precios entre origen y destino acumula dos meses consecutivos de bajadas.

Ya el año pasado comenzó con un descenso en el Ipod que, de hecho, se prolongó hasta el mes de marzo. Sin embargo, a partir de entonces, el diferencial de precios comenzó a aumentar y lo hizo durante tres meses consecutivos, hasta junio.



ISABEL FERNÁNDEZ