Parece ser que este año el verdadero problema se está produciendo a nivel nacional, "ya que nos está costando mucho cargar el camión para volver hasta la provincia y eso perjudica considerablemente a la hora de volver, puesto que si no llegas el día previsto, la planificación de la semana se ve alterada, las llegadas siguientes son más tardías y esto, en varias ocasiones, nos supone perder un viaje completo", explica Fernando Elías, jefe de tráfico de la empresa de transporte Frío Picoso.

En cuanto a las salidas en lo que va de campaña, Elías asegura que "este año han sido más abundantes que ejercicios anteriores, sin embargo, el que hayamos tenido más salidas no quiere decir que la rentabilidad haya sido mejor, ya que nuestro principal problema sigue presente y éste es el gasoil. Su precio sigue en aumento y lo que nosotros necesitamos ante esta situación es, o que baje el precio del gasoil, o que los cliente se concienciaran con el precio, pero ésto al final nunca se produce". La diferencia del precio del gasoil de hace tres años hasta ahora es bastante, ya que en 2009 "el precio era de 86 céntimos, mientras que hoy día el precio está a 1,31 euros el litro. Esta diferencia es bestial y si nos ponemos a calcularlo son 250.000 euros de gastos extra que tenemos. Si el precio estuviera estable y más bajo, esos 250.000 euros serían de ganancias para nosotros, pero la realidad es bien distinta", según argumenta el jefe de tráfico de Frío Picoso.

Cadenas de supermercados

Parece ser que en estos momentos, lo único que está funcionando son las cadenas de supermercados, ya que, según asegura Paco Amat, responsable de Almería Cargo, "la alimentación es algo que se va a mantener siempre. Sin embargo, otros sectores con los que anteriormente llenábamos camiones para retornar a Almería, como el de las placas solares, textil o construcción, están en muy mal momento".

Finalmente, según Amat, otro de los aspectos que están perjudicando al sector del transporte agrícola en estos últimos años es la normativa impuesta por el Estado que establece que "las empresas no pueden trabajar más de 90 horas cada dos semanas, y con esta imposición no se dan cuenta de que no nos están ayudando y no podemos salir adelante. Para colmo, las multas que han establecido son de las más caras de Europa, ya que llegan a rozar los 1.000 euros. Está claro que el Estado no nos está ayudando y nuestro sector lo tiene complicado ahora mismo, ya que no se dan cuenta de que el transporte de hortalizas por camión es mucho más barato y más seguro que, por ejemplo, el barco, y como sigamos así muchas empresas más van a seguir desapareciendo".


ELENA SÁNCHEZ