En este contexto, sin embargo, en el gran puzzle que es el sector hortofrutícola almeriense siguen atisbándose grandes pasos. Los últimos movimientos corren a cargo de dos de las mayores subastas de la provincia, como son Hortofrutícola Costa de Almería y Alhóndiga La Unión; pero no sólo ellas, también las cooperativas, en este caso Vicasol, mueven ficha. El primer resultado positivo ha llegado de mano de Agrupaejido y Costa de Almería, al hacerse ésta última con el control de una de las filiales de la comercializadora ejidense, como es, en este caso, Cehorpa.

El acuerdo entre Agrupaejido y Costa de Almería, confirmado sólo en el momento del acuerdo, se ha cerrado tras tres meses de negociación. Así, según han informado, la compañía presidida por Cecilio Guillén, Agrupaejido, "completa una desinversión, prevista en su plan estratégico, que le permitirá centrar toda su atención en nuevos y ambiciosos proyectos, siempre relacionados con el sector hortofrutícola". Por otra parte, para Costa de Almería esta operación le permitirá penetrar con mayor facilidad en una nueva área de influencia del Poniente almeriense.

Por otra parte, según fuentes consultadas por FHALMERÍA, la cooperativa vicaria estaría interesada en la absorción de Ejidomar. De momento, desde la empresa ejidense, su presidente, José Antonio Baños, no niega la existencia de algún contacto, sin embargo, afirma con rotundidad que "queda mucho por madurar" y, de momento, "no hay nada concreto". En cualquier caso, y según la información a la que ha tenido acceso este periódico, el presidente de Vicasol, Juan Antonio González, ya se ha reunido con su Junta Directiva y le ha explicado el acercamiento existente entre ambas entidades. Se confirma, además, que las negociaciones están avanzadas, si bien es cierto que aún no habrían llegado a estudiar detenidamente el tema económico, algo lógicamente clave para que Vicasol acabe absorbiendo, con el permiso de la interesada, a Ejidomar. Vicasol ya tiene experiencia en acuerdos con otras empresas, cabe recordar, sin ir más lejos, que ya vivió un proceso de fusión, concretamente con la empresa Almerisol, en el año 2003.

En el caso de que, finalmente, Ejidomar y Vicasol lleguen a un acuerdo, vendría muy bien para las decenas de agricultores que aun teniendo sus fincas, por ejemplo, en el paraje ejidense de Tierras de Almería llevan sus productos a la comercializadora vicaria. Esta última recibe género procedente de, aproximadamente, unas mil hectáreas, cifra que dobla a la que registra Ejidomar.

El siguiente movimiento importante en el sector vendría de la mano de Alhóndiga La Unión. Y es que, esta comercializadora también estaría interesada en hacerse con una parte del gran pastel que es Agrupaejido y, de hecho, estaría negociando la adquisición de la subasta del mismo nombre. Desde Agrupaejido, en cualquier caso, ni confirman ni desmienten; simplemente "ni se ha dicho nada, ni se va a decir nada", entre otras cosas, explicaron, "porque no hay nada". Estas declaraciones no fueron más que un intento de desviar la atención por parte de la empresa ejidense que, días después, sí confirmó la venta de Cehorpa a Costa de Almería.

Estos últimos movimientos vendrían a profundizar aún más en esa concentración en origen que persigue el sector y que, de momento, no ha dado resultados satisfactorios para casi nadie y mucho menos para los agricultores. Y es que, los productores de la provincia siguen siendo espectadores de la decadencia del sector; un sector que cada día asume más riesgos, muchos de ellos muy costosos y que, sin embargo, no recibe la contraprestación económica que cabría esperar.

Estas posibles fusiones, absorciones o trabajo conjunto en forma de acuerdos comerciales -aún no se han concretado las distintas fórmulas- vendrían a sumarse a la considerada por la Administración la primera gran experiencia de concentración de la oferta en origen en Almería: el nacimiento de Unica Group, fruto, en su día, de la unión de Casur, Ferva, Cohorsán, Ejidomar (que abandonaría poco después) y Cabasc. Más tarde, se uniría Agrieco. En 2009, año de su constitución, fue todo un revuelo; nació con todo el apoyo de la Administración andaluza y, con éste, dio sus primeros pasos, si bien es cierto que desde la empresa han lamentado en varias ocasiones que este soporte no se haya mantenido en el tiempo. Pero la de Unica Group no ha sido la única experiencia en este sentido en los últimos años.

El pasado 2009 también trajo consigo el crecimiento de Murgiverde, tras la absorción de Geosur y Campovícar. En esta cooperativa ejidense no eran, ni mucho menos, ajenos a lo que supone un movimiento de este tipo; de hecho, varios años antes, la cooperativa de segundo grado nació fruto de la unión de dos comercializadoras del municipio, como era el caso de Ejido Verde y Agro Murgi. Con la incorporación, hace ya tres años, de Geosur y Campovícar, Murgiverde ha logrado sumar un volumen de producto comercializado superior a los 140 millones de kilos.

Mención aparte merece Agroiris. La SAT ejidense lleva años trabajando de forma conjunta con Mayba y Ejidoluz. Este trabajo conjunto le ha permitido a la comercializadora controlar más de 200 millones de kilos, convirtiéndose, de hecho, en la mayor empresa de pimiento de la provincia.

Los números
Sin embargo, y pese a los esfuerzos realizados por el sector, éstos siguen siendo insuficientes y, desde luego, no están dando los frutos que cabría esperar, sobre todo para los agricultores. Tanto es así que, la exconsejera Clara Aguilera reconocía en una de sus últimas visitas a la provincia que, en Almería, en la actualidad, "hay 300 operadores", algo que, a su juicio, "es una exageración". Aguilera recordaba entonces cómo fue su antecesor en el cargo, Paulino Plata, quien emprendía la senda de la concentración de la oferta allá por el año 2000. Doce años después, y a pesar del apoyo administrativo, todas las iniciativas puestas en marcha para este fin han sido "un fracaso". Tanto que, incluso, Aguilera llegó a plantearse "no dar ayudas a las empresas comercializadoras que surjan de escisiones de otras entidades en funcionamiento", así como "limitar la creación de nuevas organizaciones de productores y potenciar las actuales con más ayudas, a la vez que mantener las subvenciones para aquellos proyectos de unión".

Lo cierto es que la crisis económica está propiciando que las comercializadoras intenten llegar a entendimientos para subsistir.

Isabel Fernández/Rafa Villegas