"Las cifras de oferta de productos agroalimentarios se estancan". Así lo recoge, textualmente, el último Boletín Trimestral de Coyuntura Agroalimentaria, elaborado por la Fundación Cajamar, que detalla que, mientras esto ocurre, "la industria de la alimentación y bebidas, de momento, tiene la facultad de mantener el valor añadido de sus productos". En este sentido, y en lo que respecta a esa oferta, el informe recoge que producciones como los cereales, las leguminosas y los cultivos industriales y forrajeros han sido los más afectados por las condiciones climáticas desfavorables que se produjeron a principios de este año; tanto es así que, de hecho, prácticamente todos los cereales han sido 'víctimas' de una pérdida de producción.

En el lado opuesto de la balanza se encuentran, hasta cierto punto, las hortalizas. Y es que, si bien es cierto que productos como las habas verdes o las cebollas han visto caer sus producciones "en proporciones similares a las reducciones de superficie", también lo es que calabacín, fresa, fresón o sandía han experimentado crecimientos por encima del 10%.

Por otro lado, y en lo que respecta a la comercialización de estos alimentos, ha tenido que ser el mercado europeo el que salga al 'rescate' del sector. De hecho, según apunta el Boletín hecho público por Cajamar, la exportación de la industria de la alimentación creció un 2'3% en abril, mientras que este crecimiento se situó en el 7'13% en el acumulado entre enero y abril de este año. Caso similar es el de la industria de bebidas que, hasta abril, experimentó un crecimiento interanual acumulado del 17'5%. Estas cifras muestran, según recoge el informe, que "la industria de la alimentación y bebidas, de momento, tiene la facultad de mantener el valor añadido de sus productos" y, al final, "la marcha de las exportaciones, en general, y de las del sector agroalimentario, en particular, depende de la situación económica de Europa y de la reactivación de su consumo".

Demanda nacional

Bien distinto es, sin embargo, el panorama en el mercado nacional. Con una tasa de desempleo del 24%, "la renta de las familias es cada vez más débil y la tendencia al consumo, menor". Pero no sólo eso; según Cajamar, "esta circunstancia, añadida a un incremento del impuesto al valor añadido, no incentiva la adquisición de productos ni augura una recuperación a corto plazo". En cualquier caso, las compras de alimentación y bebidas realizadas por los hogares españoles se han mantenido prácticamente constantes, con apenas una variación positiva del 0'47%. Asimismo, el volumen consumido en el ámbito de la alimentación se incrementó entre enero y abril un 1'08% con respecto al mismo período de 2011, si bien es cierto que su valor se vio mermado en un 0'32%.

Por último, en cuanto a la demanda de las industrias de alimentación y bebidas, ésta ha frenado su desaceleración.



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