De momento, la entidad bancaria almeriense se encuentra en "plena campaña"; de hecho, ésta se extiende hasta el mes de diciembre, "momento en el que los ingresos que perciben los agricultores superan a los gastos de sus explotaciones agrarias". En cualquier caso, y como ‘novedad' este año, García Torrente destacó que "estamos observando cierto retraso en la solicitud de financiaciones de circulante, como consecuencia de que el agricultor sigue consumiendo los recursos generados en la campaña anterior".

Para García Torrente, "Cajamar es la entidad financiera que mejor conoce el sector hortofrutícola almeriense, sus retos y potencialidades", de ahí que sea la entidad de confianza de la mayoría de los productores de la provincia a la hora de solicitar ayuda económica para la puesta en marcha de su campaña. Y es que, como explicó, la de Cajamar es una vida unida inexorablemente a la del campo almeriense, ya que "el origen de Cajamar, entidad constituida en 1963 por cooperativas agrícolas y personas vinculadas al sector agro, coincide con la instalación de los primeros invernaderos y nuestro crecimiento y desarrollo ha sido paralelo al de la agricultura protegida". En definitiva, para la entidad, "el sector agroalimentario es estratégico".

Mayor dimensión

Cajamar Caja Rural acaba de completar su proceso de fusión con Caja Rural de Castellón, una operación que, sin lugar a dudas, repercutirá en el sector agrícola provincial. "En Cajamar Caja Rural siempre hemos pensado que la dimensión es un factor clave de competitividad porque nos va a permitir acceder en mejores condiciones a los mercados financieros", una ventaja que, posteriormente, "podremos trasladar a nuestros clientes y muy especialmente al sector agroalimentario".

Asimismo, para Roberto García Torrente, "la mayor dimensión y nuestra amplia distribución geográfica pueden ayudar a que se generen sinergias entre nuestros clientes de zonas distintas, pero con producciones complementarias, que pueden ser interesantes de cara a la consolidación de grandes grupos agroalimentarios".

Pero el soporte que Cajamar otorga al sector agroalimentario no se reduce a una cuestión meramente económica. De hecho, "creo que hay dos líneas de trabajo que no podemos abandonar". Así, la primera de ellas es la inversión en estructuras productivas que "nos permitan controlar las condiciones de producción y que posibiliten un incremento de los rendimientos y una reducción de los costes productivos". En la consecución de este reto, la Fundación Cajamar, a través de su Estación Experimental ‘Las Palmerillas', juega un papel fundamental.

Por otro lado, el director de la División de Negocio Agroalimentario de Cajamar se refirió a la consolidación del proceso de integración para "contar con grandes empresas capaces de sentarse a negociar y de satisfacer las necesidades de las grandes cadenas de distribución alimentaria". Tanto en uno como en otro reto, "Cajamar Caja Rural estará apoyando al sector, proporcionándole los recursos financieros y el acompañamiento necesarios".

Apoyo permanente

"Para Cajamar Caja Rural, el sector agroalimentario es estratégico. Así lo vemos y sentimos, por convicción y vocación", insistió García Torrente, quien recordó que la agricultura "es un sector que nos ha proporcionado muchas alegrías a los almerienses y confiamos plenamente en su futuro". Para el director de la División de Negocio Agroalimentario de Cajamar, "nuestro campo cuenta con excelentes profesionales que han sido capaces de dar respuesta a todos los desafíos que se han ido encontrando a lo largo de los últimos 50 años"; de ahí que, hoy por hoy, "podemos afirmar que producimos las hortalizas más naturales y saludables de Europa y contamos con una red comercial que es capaz de colocarlas en todas las ciudades y mercados del continente".



Isabel Fernández