De hecho, la superficie de tomate cultivada bajo estos métodos ha crecido de forma progresiva desde la campaña 2007/2008, año de inicio de la llamada 'Revolución verde' en la provincia y que tan buenos resultados está dando. Entonces, eran apenas 1.277 las hectáreas de esta hortaliza cultivadas con la ayuda de fauna auxiliar; cinco campañas más tarde, esta cifra se ha multiplicado casi por seis, gracias al esfuerzo de todo el sector, desde las empresas productoras de fauna auxiliar, que han sabido desarrollar los protocolos necesarios para que el método funcionara, hasta el productor, que se ha adaptado perfectamente a la nueva fórmula de cultivo.

Otros cultivos

Pero, aunque el tomate es el 'gran triunfador', no es, ni mucho menos, el único producto que ha visto crecer su superficie cultivada con control integrado de plagas en esta campaña. El pimiento, por su parte, ha sumado unas 700 hectáreas más con respecto al ejercicio pasado, según los datos facilitados por la Administración, y son ya 7.850 las hectáreas que se cultivan con lucha integrada, prácticamente todas.

El pepino es el tercer cultivo que más fuerte ha apostado por este método y, en total, para este ejercicio, se prevén 2.660 hectáreas, 310 más que hace un año. La berenjena suma en torno a 120 hectáreas y la judía casi duplica su superficie, de las 81 hectáreas de hace un año a las 130 actuales. Sólo el calabacín pierde terreno, pasando de las 1.106 hectáreas de hace un año a las 870 de esta campaña.

Por último, en el caso de los cultivos de primavera, se estima una superficie de melón con lucha integrada superior a las 3.000 hectáreas, mientras que, en el caso de la sandía, serán en torno a 2.800.

En total, la superficie cultivada en la provincia con lucha integrada en esta campaña llegará a sumar, según los datos de la Delegación Territorial del ramo, 25.700 hectáreas.



Isabel Fernández