Pregunta.- El Gobierno acaba de aprobar el Plan de Acción Nacional (PAN) para el uso sostenible de productos fitosanitarios, cumpliendo así con la directiva comunitaria sobre esta materia. ¿Cómo valora este paso?
Respuesta.- Valoramos positivamente los objetivos y muchas de las medidas que recoge, pues fomentan prácticas agrícolas más seguras para el aplicador, garantizando su protección y la del medio ambiente, así como la obligatoriedad de producir bajo técnicas de gestión integrada de plagas a partir de 2014. Sin embargo, incluye un alto número de indicadores que provocará que los informes de progreso sean complejos y extensos. Además, muchas medidas requerirán recursos para los que no se ha dotado presupuesto, por lo que repercutirá en las administraciones autonómicas o en los propios agricultores y puntos de venta. Desde AEPLA no estamos convencidos del detalle final, pues, salvo cambios en el proceso de desarrollo y acopio de recursos, generará burocracia, costes al sector y no observamos un reconocimiento de ese esfuerzo al sector o en el planteamiento de la nueva Política Agraria Común (PAC). Esperamos que la aplicación final y las revisiones equilibren la propuesta.

P.- ¿Qué vigencia tiene este PAN?
R.- El PAN tiene una vigencia de cinco años, con posibilidad de ser ampliado si fuera necesario, y abre la puerta a revisiones parciales que favorezcan su adaptación a las necesidades que surjan y la consecución de objetivos generales y específicos que se pretenden alcanzar, las medidas para cada uno de estos últimos y sus indicadores de progreso, así como los calendarios y metas para el cumplimiento de dichos objetivos. Se pretende, de esta manera, disponer de la dimensión temporal necesaria para su correcta planificación.

P.- ¿Qué incidencia cree que tendrá sobre la industria fitosanitaria?
R.- No lo hará tanto la Directiva de Uso Sostenible de Fitosanitarios y la normativa que la traspone (RD1103/2012 y PAN) como el  Reglamento de Autorización y Comercialización de Productos Fitosanitarios. Otros sectores, como el de la distribución, sí se verán más afectados, pues se les exige una mayor profesionalización, o los propios agricultores, que deberán no ya cumplir nuevos requisitos, sino cambiar su modo de trabajo. No obstante, estos cambios supondrán importantes beneficios en un futuro.

P.- Recientemente, AEPLA, junto con la Fundación Cajamar, organizó varias jornadas sobre mejora de las técnicas de aplicación de fitosanitarios. ¿Cuál era el objetivo fundamental de estas jornadas?
R.- Estas jornadas se encuadran dentro del Proyecto UMI, que AEPLA ha desarrollado durante 2012 y que tendrá continuidad en 2013. Este proyecto tiene como principal objetivo promover técnicas de aplicación de productos fitosanitarios prácticas y asequibles, que reduzcan la exposición del operario y mantengan su eficacia. Por ello estamos recomendando el uso de carretillas pulverizadoras entre los agricultores, pues con ellas se garantiza una mayor eficacia en la aplicación, una menor exposición al producto y mejores condiciones de confort para el operario.

P.- En Almería, ya prácticamente el 90 % de la superficie de cultivo se hace con lucha integrada. El uso de la fauna auxiliar ha contribuido a disminuir los tratamientos fitosanitarios. ¿Qué incidencia tiene esto en la industria a la que representa?
R.- En realidad, hace ya tiempo que el sector apostó por la producción integrada como la mejor garantía de sostenibilidad de nuestra agricultura. Esa apuesta se ha traducido en acciones de promoción de la agricultura integrada y el desarrollo por parte de nuestras empresas de  productos compatibles con este tipo de producción. Disminuyen unos tratamientos, pero hay que realizar otros, por ejemplo, debido a la aparición de nuevas plagas o retorno de otras que habíamos olvidado.

P.- El uso de la lucha integrada ha traído consigo, como apuntaba, el resurgir de nuevas plagas. ¿Supone esto un nuevo reto para ustedes?
R.- No tanto en desarrollar soluciones como en elaborar una estrategia de defensa. Hay que revisar la compatibilidad de los tratamientos para dichas plagas con las soluciones actuales, biológicas o químicas. Establecer un LMR y  conseguir algo nada fácil, como es  un registro a tiempo para dicho problema. Creo por ello que la gestión integrada de plagas debe ser un concepto flexible en el uso de sistemas biológicos o químicos en función de las necesidades del momento.

P.- En los últimos años se ha reducido, y mucho, el número de materias activas permitidas en agricultura, no sólo en España, sino en toda la Unión Europea. ¿Hasta qué punto esto dificulta su trabajo?
R.- La constante reducción de sustancias activas a nivel europeo, unida a la lentitud del sistema de registro de productos en España, no facilita nuestro trabajo, pero la consecuencia más negativa de esta situación la sufren los agricultores, que no pueden disponer de las herramientas adecuadas para proteger y hacer rentables sus producciones, lo que  les sitúa en clara desventaja frente colegas de otros estados.

P.- ¿Se siguen eliminando materias sin haber dado, previamente, una solución al problema para el que eran usadas?
R.- Exacto, la reducción de sustancias se ha ido materializando sin que se haya desarrollado el programa para incentivar las soluciones necesarias, a lo que hay, además, que añadir la dificultad de gestionar la aparición de resistencias por la menor variedad de productos.

P.- Cuando el año está a punto de terminar, ¿qué balance haría de la actividad de AEPLA?
R.- Sin duda, la trasposición de la Directiva de Uso Seguro, con la publicación del RD 1311/2012 con el Plan de Acción Nacional que lo desarrolla han marcado la agenda del ejercicio. AEPLA ha ofrecido toda su colaboración a nuestras autoridades en este proceso, realizando propuestas y ofreciendo su experiencia y conocimiento. Todo ello en continuo contacto con otras organizaciones implicadas y participando activamente en los foros a los que hemos sido invitados. Por otro lado, durante 2012, hemos continuado la promoción de  buenas prácticas fitosanitarias a través de nuevos proyectos como el UMI.  Sin olvidar la lucha contra el tráfico ilegal de productos fitosanitarios, que sigue siendo una de nuestras prioridades, incluso ahora que la situación parece controlada. Nunca bajaremos la guardia.

P.- ¿Ya se han marcado alguna meta para el nuevo año?
R.- 2013 debe ser el año en que, de una vez por todas, se resuelva el sistema de registro español. Por otra parte, el desarrollo del Plan de Acción Nacional va a necesitar un fuerte trabajo, pues ya no se tratará de acordar un texto legislativo o de preparar un plan, sino de desarrollarlo en el campo. Para nosotros, por ejemplo, será clave el Proyecto TOPPS-Prowadis, para la disminución del impacto del uso de fitosanitarios en los cursos de agua. Eso es hacer sostenible la agricultura, ofreciendo, al mismo tiempo, soluciones que garanticen la rentabilidad de los agricultores,  fomentando la investigación y desarrollo y promoviendo las buenas prácticas fitosanitarias como mejor garantía de un suministro de alimentos sanos, seguros y asequibles para todos los consumidores y respeto por el medio ambiente.



Isabel Fernández