ASAJA-Almería ha informado al subdelegado del Gobierno de la situación que se viene padeciendo en las zonas rurales, en las que además de productos, aperos, maquinaria, cableado o instalaciones de riego, empiezan a proliferar robos de maquinaria de gran tonelaje, como tractores.

La necesidad de profundizar en las soluciones que pongan coto a este tipo de actuaciones ha centrado esta reunión en la que ASAJA ha propuesto que se promueva un endurecimiento de los castigos y las sanciones para aquellas personas que hacen de la inseguridad su negocio. Por ello, ha pedido al subdelegado que se solicite a la Fiscalía que otorgue a estos delitos la máxima pena, sobre todo en los casos de reincidencia. La puesta en marcha de medidas disuasorias de tipo penal podría colaborar en la reducción de estos robos, si por ejemplo a estas personas detenidas en lugar de quedar en libertad con cargos y con un juicio pendiente que puede retrasarse varios años, se les efectuase un juicio rápido y de forma inmediata se les aplicara la sentencia.

No es la primera vez que ASAJA reclama este endurecimiento de las sanciones para este tipo de delitos; es más, la organización agraria espera diligencia en la puesta en marcha de la reforma del Código Penal anunciada por el ministro de Justicia, que preveía un endurecimiento de las penas, reformas para la figura de los hurtos y robos, con agravantes como la participación de un grupo organizado, la multirreincidencia y el robo de suministros eléctricos. "Es fundamental poner en marcha sanciones ejemplares para acabar con esta lacra" señala, Francisco Vargas.

Para la organización, la labor que están llevando a cabo los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que están efectuando numerosas detenciones y controles para evitar el mercadeo de lo robado deben ir acompañadas con sanciones y consecuencias penales para que se acabe con esta sensación de impunidad que dificulta el control de la seguridad en las zonas rurales.

Por último, ASAJA-Almería aconseja llevar a cabo medidas de seguridad como marcar los utensilios que se encuentran en la finca, no dejar nada a la vista y avisar a la Guardia Civil o Policía Nacional en caso de robo.