La crisis ha reducido el número de visitas a las instalaciones de Clisol Agro, pero puede presumir de haber terminado 2012 con la nada desdeñable cifra de 9.000 visitas. El récord absoluto lo registró en 2008, año en el que recibió a 23.000 personas, gracias, en parte, al contrato firmado con un touroperador austriaco que, en tan solo cinco semanas, llevó a 12.500 personas a la empresa ejidense.

La gerente de Clisol Agro, Lola Gómez, ha asegurado que "en Almería siempre se ha puesto el foco de atención en las distribuidoras, que son las que nos compran, pero debido a la creciente competencia con países terceros, que para más inri gozan de inputs, como la mano de obra, más baratos, no nos queda otra que intentar llegar directos al corazón del consumidor final". Para ello, Gómez ha asegurado que "es necesario orquestar campañas publicitarias muy bien diseñadas para que surtan el efecto deseado, ya que no podemos olvidar que el público objetivo es muy amplio y éstas son muy caras".

Lo cierto es que, en su pequeñez, Clisol Agro logra llegar a ese público final, el consumidor. Gómez ha asegurado que "no solo damos imagen de las frutas y hortalizas de Almería, sino que educamos al consumidor. Hacemos que entienda que el producto no por cultivarse en un invernadero es artificial, sino que lo que estamos haciendo con los productos se puede comparar con un ser humano. Todos somos seres vivos, vivimos en una casa e intentamos tener el máximo de bienestar, de calidad de vida. Si un ser vivo tiene buena calidad de vida va a dar buen resultado, pues lo mismo ocurre con una hortaliza, que dará el mejor resultado, satisfaciendo al empresario, por dar mayor cantidad, así como al consumidor final, por su calidad, por ser sano".

En Clisol Agro se vive una experiencia en la que intentan mentalizar a la gente de la época en la que viven y de los valores que se pueden aprender de las plantas. Lo que intentan llevar a la práctica es "el arte de humanizar las plantas y vegetalizar, en el buen sentido de la palabra, a las personas. La trazabilidad de una planta se puede comparar con la vida de una persona. En la planta se busca un equilibrio, igual que con las personas", como ha relatado Lola Gómez.

Además, Gómez ha asegurado que "la planta tiene que tener un equilibrio entre número de hojas, de calidad y de frutos, también de calidad. Eso revierte en una serie de ventajas para el consumidor, que compra un producto que tenga cierto aroma y, sobre todo, muy buen sabor. Pero muchos creen que por estar bajo plástico no saben a nada, hay que trabajar, todo el sector humano, para que el consumidor sepa cuál es la realidad".

En las visitas que se realizan en Clisol Agro, los consumidores participan del proceso, huelen la hortaliza, la prueban y cuando vuelven a su ciudad compran ese producto, acordándose de esas sensaciones que les van a llevar a elegir el producto de Almería.

En lo que sí ha afectado la crisis es en el número de visitas que recibe Clisol Agro, pero eso ha ayudado a que diversifiquen más los potenciales visitantes. Así, como ha asegurado Gómez, "estamos centrándonos mucho en un público profesional. Estábamos en un 15-18 por ciento y ahora superamos el 25% de nuestro volumen. Antes trabajábamos mucho con profesionales agrícolas, técnicos, etc... Pero hemos aumentado los colectivos, como organizaciones de ecologistas, organizaciones de consumidores, de amas de casa, asociaciones de vida sana, etc...". A este objetivo ayuda mucho el convenio entre la empresa y TUI, importante touroperador europeo.

En la visita, el equipo de Clisol Agro muestra todas las virtudes del campo, como, por ejemplo, que "El Ejido es un sumidero de CO2 como demostró el profesor Pablo Campra de la Universidad de Almería", como ha resaltado Gómez, que lamenta que "en los últimos 15 años hemos dado un salto cualitativo importantísimo, pero eso no ha transcendido a la opinión pública, te das cuenta cuando te mueves con los consumidores".

Cabe destacar que Clisol Agro recibe cada año a centenares de estudiantes, tanto gracias a centros que se interesan cada año o cada dos años por realizar la visita como gracias al programa Aulas Viajeras, de la Junta de Andalucía.

Rafa Villegas