Este caso invita, una vez más, a debatir qué medidas se deberían tomar para evitar que entrara ni un solo producto con más LMR de los permitidos en el territorio comunitario procedente de países terceros. Desde las organizaciones agrarias lamentan que la UE sea muy contundente con las exigencias en materia fitosanitaria a sus propios productores pero que luego no esté tan pendiente de hacer cumplir la misma legislación a las frutas y hortalizas de países terceros.

No obstante, el bloqueo de esta partida demuestra que hay países, como Francia y, sobre todo, Bulgaria, que se toman más en serio el control de las producciones hortofrutícolas que entran en su territorio. El secretario provincial de COAG-Almería y responsable estatal de Frutas y Hortalizas de COAG, Andrés Góngora, aseguró al respecto que lo que no es normal es que "un país como España, puerta de entrada de producciones africanas, tenga un índice tan bajo de análisis".

En este caso en concreto, tras el análisis pertinente, las autoridades francesas encargadas encontraron 0,63 miligramos por kilo muestreado de acefato (el máximo permitido en pimiento es de 0,01); 0,56 miligramos por kilo de ethion (máximo legal 0,01); 0,72 miligramos por kilo de metamidofos (con máximo permitido de 0,01); así como 0,098 miligramos por kilo de profenofos, nueve veces más de lo permitido.

Del mismo modo, el cóctel de pesticidas incluía, según el Sistema de Alerta Rápida Sanitaria (RASSF), 0,11 miligramos por kilogramo muestreado de triazophos, once veces más de lo permitido; 0,016 de thiphanate (su máximo tolerado es 0,01); 0,1 miligramos por kilo de carboforano, diez veces más de lo establecido por la Unión Europea; así como justo el límite máximo de 0,01 miligramos por kilo tanto en lambda-cyhalothrin como en hexaconazole; además de índices permitidos de acetamiprid e indoxacarb.

Rafa Villegas