Por productos, resulta especialmente llamativo el caso del pepino, cuyo precio se incrementó un 1.333% desde el origen al destino. De este modo, según los datos hechos públicos por COAG, mientras los agricultores apenas percibían 0,17 euros por cada kilo de pepino comercializado, los consumidores estaban pagando ese mismo kilo a 2,39 euros.

Otros productos, como el calabacín o la berenjena, también marcaron en abril importantes diferenciales de precios. Así, en el caso del calabacín, su precio se incrementó un 508% entre el origen y el destino, pasando de los 0,26 euros pagados al agricultor a los 1,56 que pagó el consumidor. El precio de la berenjena, por su parte, aumentó un 303%; así, mientras los productores vendían el género a apenas 0,34 euros el kilo, los consumidores lo estaban adquiriendo en los lineales de sus supermercados habituales a 1,37 euros.

En el lado opuesto se situó el pimiento rojo que, de hecho, marcó el diferencial de precios más bajo de todas las hortalizas. Su precio se incrementó un 78% entre origen y destino, pasando de los 0,88 euros por kilo pagados al agricultor a los 1,57 euros que pagaron los consumidores.



Isabel Fernández