Para la investigadora, el manejo que se hace de los suelos cada vez es más "nulo", puesto que se ha llegado a un punto en el que "nos olvidamos por completo de tratarlo". Para Fernández, el hecho de poder recoger estos restos vegetales, compostarlos e incorporarlos al ciclo productivo "encaja perfectamente con nuestro entorno, por lo que nuestra opción pasa por instalar una planta de compostaje-vermicompostaje e incorporarlo a continuación al suelo para evaluar cuáles son los beneficios que vamos a tener después". Igualmente, la segunda línea del proyecto está centrada en los restos frescos, "los cuales vamos a incorporar con la intención de que la fermentación de los mismos en el suelo pueda actuar como desinfectante frente a problemas producidos por determinados patógenos, como pueden ser hongos o, en algún caso, nematodos", indicó Milagros Fernández. De hecho, para esta investigadora, "está demostrado que restos orgánicos no descompuestos, cuando se incorporan al suelo y se mantienen un tiempo suficiente, generan una elevación de la temperatura y unos gases que tienen efecto de control en algunos patógenos de suelo".

Otro de los proyectos que se van a poner en marcha en el centro IFAPA La Mojonera tendrá como objetivo mejorar la eficiencia del uso de agua para riego. En este estudio, cuyo presupuesto es de 425.000 euros y en el que colaborarán los centros de Alameda, en Córdoba, y el de Chipiona, se trabajará en la evaluación de materiales de riego, bancos de ensayo para instruir a los agricultores o recomendaciones de riego. El presidente de IFAPA, Víctor Ortiz, y encargado de llevar a cabo la presentación de dichos proyectos en el día de ayer, explicó que otro de los aspectos en los que se va a trabajar será en la optimización del mantenimiento de las instalaciones, para que el cultivo esté siempre en "perfectas condiciones". Asimismo, José Gabriel López, director de IFAPA La Mojonera, añadió que en este proyecto van a tener un peso importante los recursos no convencionales, como "el agua de mar desalada, cuya única red tenemos aquí, así como también el agua residual depurada que ya usamos en nuestros riegos". Para López, "esto que parece algo habitual es un caso único, pero además exige una formación específica al regante, para poder sacar el máximo partido de ese agua, un recurso caro pero que ha permitido el desarrollo de la agricultura en zonas que ya estaban prácticamente abocadas a terminar". Y es que, en Almería el uso de estos recursos va a ser uno de los elementos fundamentales y va a permitir en el futuro "desarrollar trabajos e incluso 'vender' una tecnología de aprovechamiento de recursos no convencionales que en otros sitios todavía no están ni siquiera empezando a utilizar".

Finalmente, en IFAPA se trabajará también en las estructuras de invernadero, las cuales "hay que mejorar y hacer más eficientes para que admitan más producción", aseguró Víctor Ortiz, presidente del Instituto.

El hecho de seguir apostando por la innovación en estos momentos es porque "se ha llegado a la conclusión de que tenemos un potencial investigador importante en la Unión Europea, pero pérdida de competitividad en el sector agroalimentario, por lo que vamos a incrementar las ayudas y a corregir los defectos que se hayan podido plantear en estrategias anteriores. Tenemos muy buenos equipos e investigadores, pero nuestras empresas no terminan de ser competitivas ni de crecer. Por eso hemos planteado una estrategia de innovación enlazando las políticas de agricultura con las de investigación", concluyó Víctor Ortiz, máximo responsable de IFAPA.


ELENA SÁNCHEZ