Turquía es, sin lugar a dudas, el país productor de pimiento que se lleva la palma en incumplimientos de la legislación fitosanitaria europea vigente. En el otro lado, Bulgaria se ha convertido, gracias a su compromiso con el control de las producciones que entran en su territorio, en el ‘azote' de los envíos de frutas y hortalizas turcos a su país.

Sin ir más lejos, este mismo mes, el pasado día 16 de julio, Bulgaria bloqueó una partida más de pimiento por superar, con creces, los límites máximos de residuos (LMR) permitidos. En esta ocasión, la partida incumplía la legislación vigente en LMR al superar en más de 14 veces la cantidad máxima permitida de tetradifón, un potente acaricida, además de contener carbendacima, un fungicida bencimidazólico. El producto, como es habitual en estos casos, se precintó en la aduana búlgara para evitar su distribución por los lineales de los supermercados de ese o cualquier otro país.

No es el único ni el peor caso registrado en los dos últimos meses. Así, a principios del mes de junio, el RASSF notificó el bloqueo de otra partida de pimiento fresco procedente también de Turquía por contener nada menos que 25 veces más de la materia formetanate de la permitida. Una vez más fueron las autoridades búlgaras las que analizaron el producto y dieron la voz de alarma.

Otro ejemplo lo encontramos a mediados de junio, cuando Bulgaria, una vez más, bloqueó una partida de pimiento turco por contener cinco veces más carbendacima de la permitida.

Si bien Turquía es el país que más incumple los LMR europeos en pimiento, lo cierto es que no es el único país extracomunitario que envía esta hortaliza sin los controles necesarios.

Así, por ejemplo, en este caso Francia bloqueó el pasado mes de junio una partida de pimiento procedente de la República Dominicana por triplicar la cantidad máxima permitida de permetrina, un potente insecticida y acaricida que también se utiliza como remedio humano contra los piojos.