Los talleres están dirigidos a niños con edades comprendidas entre los 5 y los 12 años. Con un soporte de fichas y a través de distintos juegos, se abordarán los contenidos que favorecen el conocimiento de la naturaleza y sus ciclos, las variedades de frutas y verduras de temporada, los habitantes del huerto y hábitos de nutrición saludables con propuestas de recetas infantiles para hacer en casa. El ‘Huerto Escuela Solidario Yara' de La Huerta de Montecarmelo también organiza actividades para colegios de infantil y primaria.

Asimismo se impartirán talleres para adultos que estarán basados en los doce meses en el huerto y las tareas propias de cada temporada: preparación del terreno, siembra directa, semilleros, sanidad vegetal, poda y recolección, etc.

Tanto los talleres de niños como los de adultos están impartidos por profesionales horticultores con el apoyo de los personal keepers con discapacidad intelectual que trabajan en La Huerta de Montecarmelo. De manera que la integración laboral y social de las personas con discapacidad intelectual está presente en esta iniciativa, fomentando así un entorno de convivencia y de diversidad, donde se normaliza la relación de los alumnos, adultos o niños, con los trabajadores con discapacidad intelectual, posibilitando además que éstos mejoren sus habilidades sociales y refuercen su autoestima.

La Huerta de Montecarmelo de la Fundación Carmen Pardo-Valcarce
‘La Huerta de Montecarmelo', proyecto de la Fundación Carmen Pardo-Valcarce, comprende un área de 7.500 m2 con 201 huertos urbanos de 20 m2. Esta iniciativa permite a todos los aficionados al jardín, la huerta y/o la gastronomía disfrutar de un huerto en la ciudad de Madrid sin una gran dedicación de tiempo, sin una gran inversión y acorde al ritmo de vida actual.

Colaborando con este proyecto se contribuye a la labor que realiza la Fundación Carmen Pardo-Valcarce para la integración laboral de personas con discapacidad intelectual, formados como horticultores y viveristas, que actúan como personal keepers ocupándose del mantenimiento de los huertos. Ellos se encargan de las tareas de limpieza y mantenimiento básico del huerto, lo que mejora la cosecha.

En definitiva, se trata de un proyecto que fomenta una actividad lúdico-educativa enfocada a personas de todas las edades, con el fin de fomentar la participación en una agricultura respetuosa con el medio ambiente a través de la creación y mantenimiento de huertos urbanos. Creándose al mismo tiempo una alternativa cultural y de ocio que transmite la idea de desarrollo sostenible.

Yara
Yara ofrece soluciones para una agricultura sostenible y para el medio ambiente. Sus fertilizantes y programas de nutrientes para las cosechas permiten producir los alimentos necesarios para la creciente población mundial. Sus productos y soluciones industriales reducen las emisiones, mejoran la calidad del aire y apoyan las operaciones seguras y eficientes. Fundada en Noruega en 1905, Yara está presente en todo el mundo y vende a 150 países. La seguridad siempre ha sido su prioridad.

Fundación Carmen Pardo-Valcarce
La Fundación Carmen Pardo-Valcarce trabaja por la participación de las personas con discapacidad intelectual en nuestra sociedad, creyendo además que así será más rica y diversa. En torno a esta misión, la Fundación ha crecido tanto en número de servicios como de personas atendidas, en torno a unas mil en la actualidad, diseñando apoyos allá donde encuentran barreras para su participación: educación, empleo, vivienda, ocio, deporte, sanidad, justicia,... Y buscando un entramado que permita tender puentes para que las personas con discapacidad intelectual estén cada día más presentes en la sociedad.

Creada en 1948, su trayectoria en estos años, le permite ser hoy un referente, tanto a nivel nacional como internacional, en el ámbito de la discapacidad intelectual. En al año 2007, la Business Guide creada por Naciones Unidas incluye a la Fundación como una de las 2 únicas ONG españolas, entre 85 ONG de todo el mundo, de mayor confianza para formar alianzas con empresas.

Para la Fundación Carmen Pardo-Valcarce es de suma importancia el trabajo en la igualdad de oportunidades y en el respeto. Y en este sentido, cobra especial importancia el uso correcto y respetuoso del lenguaje utilizado para referirse a las personas con discapacidad intelectual: nunca se deben utilizar términos peyorativos como "minusválido" (menos válido), "inválido" (no válido), o "deficiente" (con fallos). El término correcto es siempre persona con discapacidad intelectual. "Persona con" porque las condiciones son sólo partes, una persona son muchas más cosas y la condición no puede eclipsarlo, y "discapacidad" expresa capacidades diferentes.