En las pizarras de este martes, 5 de noviembre, pueden verse berenjenas a unos 0,47 euros el kilo, de media, mientras que los tomates de ensalada cotizan a unos 0,32 euros. Los pimientos tipo California se venden, tanto el rojo como el verde, en torno a 0,50 euros y el pepino tipo Almería apenas ronda los 0,30 euros. Todas estas cifras, según COAG Almería, están por debajo de los costes de producción de cada uno de los productos citados y, sin embargo, nadie pone remedio a una situación que dura, prácticamente, desde que arrancara la nueva campaña. Sólo el calabacín alcanza precios más que aceptables, aunque debidos a la importante reducción de sus volúmenes de producción como consecuencia del nuevo virus que le afecta.

De este modo, y según los datos manejados por COAG en la provincia, la berenjena se vende 0,01 euro más barata que lo que cuesta producirla. Peor suerte corren productos como los pimientos California, que se venden unos 0,09 euros por debajo de sus costes de producción, estimados en 0,59 euros, o el pepino tipo Almería, al que cada agricultor le pierde, de media, 0,11 euros a cada kilo cultivado; 0,31 recibe un agricultor por su pepino frente a los 0,42 que le cuesta producirlo. Los 'tomateros', por su parte, venden el tomate 0,27 euros más barato de lo que les cuesta producirlo, en torno a 0,49 euros.

Estas cifras son muy similares a las de hace un mes y, sin embargo, entonces, el consumidor ni siquiera se dio cuenta. Y es que, según los últimos datos del Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos (IPOD), hecho público este martes por COAG y relativo al mes de octubre, los consumidores nacionales pagaron la berenjena, de media, a unos 1,50 euros el kilo, un 582% más de lo percibido por el agricultor, mientras que el tomate ensalada se vendió en los supermercados a 1,83 euros frente a los 0,27 pagados entonces al productor (578% más). El precio de los pimientos se cuadruplicó y el de los pepinos se multiplicó casi por seis.

De este modo, y de media, el IPOD agrícola se situó en octubre en 4,97, o lo que es lo mismo, los consumidores pagaron las frutas y hortalizas que adquirieron casi cinco veces más caras de lo que recibió el agricultor. Este diferencial es el más alto del último año.