Respecto al pimiento turco, en el primero de los casos se ha tratado del bloqueo en frontera, por parte de las autoridades búlgaras competentes, de una partida de pimiento fresco por contener, según los análisis realizados 0,034 miligramos por kilogramo muestreado de malatión, un insecticida y acaricida del que solo se permite un residuo máximo en esta hortaliza de 0,02 miligramos.

Así, Bulgaria, que realizó el análisis el pasado lunes, día 20 de enero, y lo notificó de inmediato a la RASSF, ha procedido a la destrucción inmediata del producto para evitar que llegue a los lineales de los supermercados europeos con 1,7 veces más cantidad de malatión del permitido.

Por otra parte, el mismo lunes, las autoridades búlgaras se han visto obligadas a proceder a la destrucción de otra partida procedente de Turquía, en este caso de pimiento dulce al contener 0,265 miligramos por kilogramo muestreado de tiofanato-metil, un potente fungicida del que solo se permite un rastro en este producto de 0,1 miligramos por kilo.

Tomate marroquí

En cuanto al tomate marroquí, en este caso fue en Francia donde se detectó el incumplimiento de la legislación fitosanitaria, si bien no se detectó en la aduana sino en uno de los controles que efectúan las cadenas de distribución en sus supermercados. 

En este caso, el análisis, que se realizó a finales de noviembre pero no se ha hecho público hasta el martes, día 21 de enero, ha revelado una cantidad de 2,1 miligramos por kilogramo muestreado de etefón, un conocido regulador del crecimiento del que en este producto se permite un rastro máximo de 1 miligramo por kilo.

Marruecos y Turquía, por lo tanto, vuelven a figurar, una vez más, en la lista de notificaciones del Sistema de Alerta Rápida de Alimentos por introducir producto en la Unión Europea sin los requisitos sanitarios exigidos por las autoridades comunitarias.

Rafa Villegas