Otros, como el pepino, no empezaron mal el ejercicio, sin embargo, sus cotizaciones "se han derrumbado" y no es nada extraño ver el pepino tipo Almería a apenas 0,25 euros el kilo. Y eso a pesar de que, hoy por hoy, Almería y la vecina costa de Granada tienen, prácticamente, todo el mercado comunitario. El pimiento, por su parte, tiene unos precios "mediocres", tanto que "no son rentables para el agricultor". Así las cosas, Góngora no duda en afirmar que, hoy por hoy, "a los agricultores nos está costando el dinero producir" y, por ello, anuncia que su organización agraria ha convocado una protesta el lunes, 1 de diciembre, en el supermercado Lidl de la Avenida del Mediterráneo, en la capital, donde prevén repartir hortalizas como señal de protesta por esas bajas cotizaciones a las que se está enfrentando el sector.

Entre las causas de estos bajos precios, el secretario provincial de COAG se refiere a la superproducción, un motivo argumentado por muchos pero que, para él, no es suficiente. El problema es que "se vende todo". En este sentido, Góngora explica que, en estos momentos, las medidas aprobadas para mitigar los daños del veto ruso incluyen, entre otras cosas, "mecanismos de intervención" como, por ejemplo, "las retiradas", sin embargo, "ni cooperativas ni alhóngidas las están utilizando". Estas retiradas permitirían eliminar del mercado parte de esa producción sobrante, salvo de berenjena y calabacín, aunque "ya se está estudiando su inclusión". Llegado a este punto, al secretario provincial de COAG sólo le queda una respuesta posible: "Las empresas están sometidas al clientelismo de las cadenas" y, por si fuera poco, "por unos precios irrisorios".

Andrés Góngora lamenta que las comercializadoras de la provincia "nunca dicen que no" y, si lo hacen, es cuando "por culpa del clima hacen falta kilos y no pueden atender sus pedidos al 100%". Ese no negarse nunca implica, según Góngora, "que hay veces en las que la liquidación para el agricultor es cero", sin embargo, "le pagan de su propia cuenta de resultados". Precisamente por ello, Góngora lamenta que, ahora más que nunca, "las empresas están siendo cómplices" de la distribución, entre otras cosas porque "ahora que contamos con un mecanismo que, en breve, podría llegar a berenjena y calabacín, no lo usan, y no se usa por servir a la cadena".

Por otro lado, el secretario provincial de COAG se refiere al proceso de concentración de la oferta iniciado en la provincia hace varias campañas y que ha dado lugar o bien a la creación de nuevas empresas o a la fusión de otras. En esta línea, afirma que, evidentemente, la aparición de grandes empresas "es positiva", pero, desgraciadamente, esa mayor dimensión "no la usan para hablar entre ellas, aunque sea para lograr un acuerdo de mínimos".

En este mismo sentido se pronuncia Juan Antonio Díaz Planelles, director general de SAT Agroiris, quien lamenta que "estamos recogiendo lo que estamos sembrando", en clara referencia a la actual situación de bajos precios. Díaz Planelles reconoce que "hay algo más de volumen que en otras campañas", sin embargo, el problema está en que "hay una gran desorganización en origen". "Falta planificación en el sector, pero a ver cuándo el sector se decide a sentarse en una mesa". Mientras esto no ocurra, "la distribución se seguirá aprovechando". Y es que, precisamenta la distribución es la más interesada en que esa desorganización en origen se mantenga.

Entre los grandes supermercados europeos y las comercializadoras en origen existe un eslabón más, las plataformas de compra, que, según Andrés Góngora, "fomentan la ruptura de la concentración de la oferta", ya que, en muchas ocasiones, apuestan por comprar el género en los denominados ‘chiringuitos', sean totalmente legales o no, y lo hacen, prácticamente, al mismo precio que le comprarían a otra empresa, pero, sin embargo, "les exigen menos". Para estas plataformas y, por ende, para la gran distribución, "que Almería se fusione supone un peligro" y, por ello, no dudan en apostar por las empresas de menores dimensiones, que les permiten ajustar más los precios y, llegado el momento, presionar a otros agentes del sector.

HORTYFRUTA
Por su parte, desde la Interprofesional de Frutas y Hortalizas de Andalucía (HORTYFRUTA), su vicepresidente, Roque García, lamenta que, si bien "somos conocedores de la situación, tenemos nuestras limitaciones a la hora de tomar una decisión". En este sentido, explica que decretar una retirada de género implica unos gastos que a duras penas la Interprofesional podría asumir, entre otras cosas, porque "hay que poner inspectores y realizar un control exhaustivo", de lo contrario, "no cumple nadie". Esa falta de recursos es uno de los motivos por los que HORTYFRUTA, como ya ocurriera la pasada campaña con el calabacín, no puede decretar la retirada de género, pero hay un segundo, si cabe, con más peso. "No hay consenso para la retirada" entre la comercialización representada en el seno de la Interprofesional. "Dentro no contamos con un compromiso de cumplimiento".

En cualquier caso, y sobre la situación actual de precios, García reconoce que hay ciertos productos por debajo del umbral de la rentabilidad, pero apunta que la situación no es ahora "peor de lo que ha podido ser otros años". En este sentido, afirma que, desde la Interprofesional, "esperamos que los precios se recuperen" y recuerda que, siempre que hay altas temperaturas, como ha ocurrido en esta campaña, los precios se vienen abajo.

Por último, Roque García, que también es secretario de Organización de UPA-Almería, lamenta que "es doloroso" estar en una organización que está, prácticamente, maniatada a la hora de actuar frente a situaciones como la actual de bajos precios, pero es más doloroso aún "cuando eres miembro de una organización agraria".