El semillero comenzó la campaña del injerto de la sandía a finales de octubre en la zona del Levante almeriense, mientras que en el Poniente de la provincia, el momento de mayor trabajo será a partir del mes de diciembre.
Semilleros Cristalplant ya ha puesto en marcha su campaña de injerto de sandía. De hecho, en la empresa trabajan con dos tipos de injerto, el de aproximación y el japonés o de púa. El primero de ellos, según comenta Pablo García, director de Operaciones de Cristalplant, "es el injerto tradicional, que antes se hacía con cinta de plomo y ahora con pinza. En este injerto se realiza una media soldadura, tanto en la variedad como en el patrón, y se lleva a cabo una unión mecánica. La ventaja que tiene es que es un injerto muy fácil de hacer, pero el problema es que la unión que queda es muy poco resistente al trasplante. Lo seguimos haciendo porque todavía son muchos los agricultores que lo demandan". Por otro lado, en el injerto japonés o de púa la soldadura es completa. "Para realizar este injerto se hace un corte en la calabaza eliminando los meristemos apicales de la calabaza para evitar que rebrote, mientras que en la sandía se hace un corte en bisel y se coloca alineando los haces vasculares con el pie de calabaza". A continuación, Pablo García explica que "se pone su pinza correspondiente, se lleva el injerto a los túneles de prendimiento, donde controlamos la temperatura, humedad y radiación y lo dejamos en estas instalaciones entre 5 y 8 días para que se lleve a cabo el proceso de unión del injerto. Seguidamente, realizamos la crianza del mismo, con la que logramos que no haya ninguna herida abierta y la soldadura sea más resistente".
El injerto japonés o de púa en Cristalplant está muy asentado, lo que permite que "al tener pocas pérdidas en el proceso de unión, podamos ofrecer al agricultor un precio competitivo sin quitarle calidad al producto", asegura el director de Operaciones del semillero.
Planta seleccionada
Uno de los aspectos característicos de Cristalplant a la hora de trabajar con la sandía es que "el cien por cien de la planta que se lleva el agricultor es seleccionada, es decir, nosotros, en el proceso de crianza de la sandía, seleccionamos por tamaño, ya que el problema de las sin semillas es que cuando van creciendo, la homogeneidad no es del todo buena. Por eso, hacemos una selección y, en el caso de las sandías pequeñas, desde el semillero realizamos una crianza específica para emparejarlas con las principales".
Otra diferencia destacada de Cristalplant se encuentra en los formatos que ofrece. En este caso, Pablo García indica que, en sandía, "tenemos tres formatos, de , 24, 54 y 70 plantas por bandeja. La de 70 es un formato más barato, en el que se ofrece una planta muy buena en relación calidad-precio. La de 54 es la estándar, y la de 24 es la Premium". De hecho, para García "cuanto más grande es el formato de alveolo, como adelantas tiempo en semillero, el agricultor se lleva una planta más preparada y comienza a recolectar antes". Asimismo, un formato más abierto permite en semillero "aguantar la planta más tiempo".
Cristalplant está continuamente realizando ensayos con el fin de lograr los mejores resultados y un portainjerto que ofrezca un producto a la altura de las demandas tanto de productores como mercados. En este sentido, Pablo García adelanta que "estamos trabajando en dos líneas que pueden interesar a las comercializadoras que son los portainjertos en sandía salvaje o calabaza de peregrino con el objetivo de obtener mayor calidad de fruto".
Elena Sánchez