Los cultivos de calabacín y pepino reducen considerablemente la incidencia del virus ‘Nueva Delhi’ respecto a la pasada campaña

La prevención que están llevando a cabo los productores de calabacín y pepino está siendo fundamental para evitar una incidencia del virus ‘Nueva Delhi’ tan elevada como en la pasada campaña. Según la Red de Alerta e Información Fitosanitaria (RAIF) de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, hasta el momento, la incidencia de esta virosis “está siendo sensiblemente inferior a la detectada en el mismo período del año anterior”.

En el caso del calabacín, sin duda el producto más afectado el año pasado por esta virosis desconocida hasta el ejercicio agrícola anterior en la provincia de Almería, la incidencia de ToLCNDV (‘Nueva Delhi’) es de síntomas en una de cada ocho plantas en los invernaderos muestreados.

Desde la RAIF han especificado que en las plantaciones más tempranas (agosto), “la incidencia al inicio del cultivo fue muy baja, incrementándose el número de plantas afectadas a partir de mediados de septiembre, asociado a las buenas condiciones climáticas que se dieron en esa época”.

La baja incidencia en calabacín, además, lejos de ir a más debe seguir disminuyendo. Y es que, como han explicado desde la RAIF , “a partir de ahora, con las bajadas de temperaturas, la velocidad con la que aparecerán nuevas plantas afectadas será menor”.

En cuanto al pepino, en este producto la incidencia del virus ‘Nueva Delhi’ “sigue siendo testimonial”, como han explicado desde la RAIF. En concreto, la RAIF ha asegurado que se ha detectado la presencia de esta virosis en una de cada mil plantas, aproximadamente.

De entre todos los tipos de pepino, la RAIF ha comprobado que el más susceptible a este virus es el francés, si bien “no es causante de pérdidas de producción”.

Medidas de control y protección

Desde la RAIF informan a los agricultores de la necesidad de llevar a cabo una serie de medidas de carácter fitosanitario y estructural para controlar y contener la incidencia de este virus que dio tantos quebraderos de cabeza a los productores de calabacín en la campaña pasada.

Así, en cuanto a las medidas de carácter fitosanitario, la RAIF considera esencial “controlar las poblaciones de mosca blanca, de manera que se minimice en todo momento la presencia del insecto, bien mediante un control biológico continuo eficaz, bien mediante tratamientos químicos, conjuntamente con el uso de todas aquellas prácticas culturales que ayuden a reducir el vector (trampas cromotrópicas...). En caso de tratamiento químicos, alternar las aplicaciones con productos de distintos grupos químicos”.

Del mismo modo, la RAIF aconseja la utilización masiva de trampas cromotrópicas para el seguimiento y captura de insectos vectores, previo incluso al momento de la plantación. Además, considera fundamental que el material vegetal procedente del semillero esté sano y libre del vector, con su correspondiente pasaporte fitosanitario.

En cuanto a las medidas de carácter estructural, la RAIF aconseja a los productores almerienses que la estructura del invernadero mantengan una hermeticidad completa, que impida el paso de insectos vectores. Asimismo, aconseja la colocación de malla en las bandas y cumbreras del invernadero, de una densidad mínima que impida la entrada del insecto vector.

No menos importante, la RAIF anima a los agricultores a colocar doble puerta, o puerta y malla, en las entradas del invernadero, así como a colocar una manta térmica sobre el cultivo libre del vector, desde el inicio hasta que agronómicamente sea recomendable retirarlas (previo al inicio de la recolección).

Rafa Villegas