Según explica Francisco Javier Rodríguez Usero, responsable de Ventas y Marketing de Semillas Fitó para Andalucía y Canarias, “Fitovale es un sistema de venta de semillas puesto en marcha el año pasado para cambiar la forma de comercialización de nuestra semillas de tomate. Desde hace tiempo, se había detectado fraude en muchas zonas como Almería, Granada o Murcia, al obtener más de una planta de cada semilla, lo que es ilegal y perjudica tanto al obtentor como al productor. Para conseguir una trazabilidad de la semilla y de la planta, se ha implantado el proceso en dos frentes: un nuevo sistema de comercialización de la semilla y auditorías a los semilleros”. 

 

Este doble control de la semilla de tomate que supone Fitovale es, en realidad, muy sencillo. Como nos explica el Francisco Javier: “El agricultor no recibirá las semillas directamente, ya no se pueden vender en almacenes o cooperativas, sino que se le entregarán unos vales, llamados Fitovales, con la cantidad de semilla adquirida y los podrá canjear por la semilla certificada en los semilleros autorizados por Fitó. Estos semilleros, en colaboración con Semillas Fitó a través de auditores externos, hacen el seguimiento de la planta hasta su entrega al agricultor. Con ello se da un gran paso hacia adelante para mejorar la trazabilidad y la calidad de cada semilla vendida por nuestra empresa”. 

 

Desde el punto de vista del control de planta en los semilleros, el año pasado se realizaron auditorías externas en las cuales se controló el tocón que queda de la parte aérea de la planta, una vez hecho el injerto. En esta campaña 2015, Fitó mejorará este control auditando también el despunte que se hace una vez que el agricultor reclama una planta despuntada para transplantarla en el invernadero.

 

Para esta nueva campaña, el sistema Fitovale se utilizará en las ventas de Duratom, Byelsa, Paladium, Molier, Bigram y Ateneo (novedad 2015). Según Francisco Javier, “al principio, los agricultores se sorprendieron del sistema pero, al ver que todo ha funcionado bien y que los semilleros entregaban las plantas perfectamente con los Fitovales, les ha parecido un buen sistema. Los semilleros han colaborado y han visto rápidamente los beneficios que les aportaba este control. Además, este sistema es una protección para el agricultor ya que evita problemas de mala conservación de las semillas. En resumen, Fitovale evita el fraude que supone que se saque más de una planta de una semilla en variedades protegidas, evitando competencia desleal entre semilleros, protegiendo la propiedad intelectual del obtentor y ofreciendo al productor la máxima calidad y trazabilidad”.