Tanto es así que, hoy por hoy, el español es un mercado "constante" para Semillas Fitó, mientras que la exportación sigue creciendo y lo hace en destinos como Turquía, fundamentalmente en berenjena y melón, en México, con el pepino holandés y el tipo slicer, o en Brasil, con el tomate y el melón.

Actualmente, Semillas Fitó cuenta con centros de investigación, más allá de en España, en Turquía, México y en Estados Unidos, en concreto, en Florida y, a esa investigación, la empresa destina en torno al 15% de su facturación.

Entre los objetivos que, hoy por hoy, se ha marcado la empresa, Fitó insistió en que persiguen, sobre todo, "lograr una presencia en el mercado de las especies que trabajamos y una facturación mínima por especie que nos permita seguir invirtiendo en I+D". En este sentido, se refirió a que, por ejemplo, en el caso del tomate, esa facturación mínima se situaría en torno a los 20 millones de euros. Y es que, según afirmó Fitó, frente las grandes empresas del sector, que tienen presencia en mercados más "globales", en el caso de Semillas Fitó, su objetivo es alcanzar una presencia importante en aquellas especies en las que trabajan.

Dentro de la facturación de Semillas Fitó, las hortícolas representan más de la mitad, en concreto, el 52%, con una facturación de 42 millones de euros en 2014; de ahí que el almeriense sea un mercado "súper importante" para la empresa.

En un mercado "en crecimiento" como es el de las semillas, Semillas Fitó continúa trabajando para abrirse un hueco cada vez más importante. De momento, es la empresa española con una mayor facturación y, según afirmó el propio Fitó, "nos encontramos en la tercera división" a nivel internacional.

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Isabel Fernández