Los Secretarios Generales de UGT y CCOO Almería, Félix López y Juan Pallarés, respectivamente, han registrado un escrito conjunto dirigido al Subdelegado del Gobierno en el que ambas organizaciones muestran su rechazo a dichos tratados.

"Mostramos nuestra oposición al TTIP y CETA porque son unos tratados que se han negociado de espaldas a la ciudadanía, con absoluta falta de transparencia y democracia. Se trata de un acuerdo concebido por y para las grandes empresas que antepone los intereses empresariales a los derechos de los trabajadores, ciudadanos y consumidores ya que, por un lado, rebaja el nivel de exigencia de la legislación europea en materia laboral, medioambiental o de salud y, por otro, abre la puerta al neoliberalismo económico más despiadado con la posibilidad de que la desregulación sea posible en todos estos ámbitos".

Así mismo, el responsable de UGT en la provincia, ha advertido que "se prima los intereses de las grandes empresas y se olvida de las PYMES, pero además presenta posibilidades como la eliminación de la Denominación de Origen que podrían dañar de forma irreversible la economía de nuestras zonas rurales".
Por su parte, Juan Pallarés ha indicado que "cuestiones tan controladas y reguladas en la UE como el uso de productos químicos tóxicos, transgénicos, hormonas para el crecimiento, pesticidas o los controles de seguridad alimentaria tales como el etiquetado de los productos, entre otros, se entienden como límites a los intereses económicos de muchas empresas implicadas en esta alianza".

En materia laboral, el representante de CCOO Almería ha aclarado que "conllevarían un riesgo de ‘competencia a la baja' por reducción de los estándares laborales y sociales como son los salarios, la negociación colectiva, la salud laboral y medioambiental y la protección social".

Finalmente, ambos líderes sindicales han pedido al Gobierno en funciones que no apoye estos tratados y que vele por la consecución de una sociedad igualitaria y respetuosa con los derechos y los intereses de las personas, trabajadores y trabajadoras, lo que conlleva un replanteamiento de un sistema global de comercio distinto, que evite la concentración de poder en manos de unas pocas multinacionales.