La investigación se inicia, a raíz de las denuncias interpuestas por las dos víctimas en la que manifiestan a los agentes de la Guardia Civil que personas desconocidas han accedido al interior de ambos invernaderos, llevándose de uno de ellos 100 kilos aproximadamente de calabacín y en el otro unos 500 kilos, también de calabacines de su cosecha, con un valor de lo sustraído según estimación de la última víctima de unos 1500 euros.

Con los datos aportados por las víctimas, así como los obtenidos en la inspección ocular realizada por la Guardia Civil, los agentes pueden observar cómo en una de las fincas varias marcas de zapatos, así como lo que parecen ser huellas de pisadas de perro, si bien la víctima no posee perro alguno.

Durante el desarrollo de la inspección, tanto dentro de la finca invernada como por los exteriores, los agentes de la Guardia Civil comprueban como el propietario de una finca colindante posee un perro, que por el tamaño podría corresponder con las huellas encontradas, centrando la investigación y sospechas en este punto.

Continuando con las pesquisas, la Guardia Civil comprueba que la finca a la que pertenece el perro en este momento no tiene producción, si bien los agentes verifican que los encargados de la misma si suministraban producto, calabacín, en una alhóndiga de San Isidro-Níjar (Almería), lo que viene a sumarse a las sospechas de los agentes.

Tras las comprobaciones realizadas por los agentes, estos confirman como uno de los responsables de dicho invernadero, así como un trabajador, habían hecho entrega de aproximadamente 500 kilos de género en la alhóndiga, confirmando que se trata del sustraído recientemente.

Finalmente, el día de ayer, la Guardia Civil investiga a estas dos personas por dos delitos de hurto en fincas invernadas de Níjar.

Las diligencias instruidas por la Guardia Civil han sido remitidas al Juzgado de Instrucción en funciones de Guardia de Almería.