A ello se suman sendos envíos a Europa de pimiento dominicano y turco que superaron los Límites Máximos de Residuos (LMR) permitidos y que, por tanto, se procedió a su destrucción.

El caso de la partida de cherry procedente de Marruecos es, sin duda, el más grave. El norovirus, que en ocasiones se transmite a las frutas y hortalizas por haber estado en contacto con aguas fecales, provoca náuseas, vómitos, dolores abdominales y diarreas a los afectados.

El tomate cherry marroquí, una vez que dio positivo, fue inmediatamente destruido por parte de las autoridades sanitarias de la República Checa para evitar su consumo y la intoxicación de consumidores. Acto seguido se publicó la alerta sanitaria, en concreto el pasado 6 de junio, en el Sistema de Alerta Rápida Sanitaria (RASSF).

Respecto a la partida de pimiento turco que incumplió los LMR, su destino era Noruega, si bien entraron en la Unión Europea a través de Bulgaria, país que analizó el producto y detectó una cantidad 8,7 veces superior a la permitida del insecticida clorpirifós, así como otra 6,8 veces mayor de lo permitido de pirimifós-metil. Las autoridades sanitarias búlgaras procedieron, como viene siendo habitual en estos casos, a destruir la partida.

El análisis del pimiento turco tuvo lugar el 1 de junio, si bien no se hizo público en el RASSF hasta el día después.
Finalmente, la RASSF también informa de la destrucción de una partida de pimiento procedente de la República Dominicana en Reino Unido, país receptor y destino final del mismo. En este caso, el producto incumplía los LMR al contener 0,28 miligramos por kilo muestreado de metomilo, un compuesto insecticida que tiene fijado unos límites máximos de residuso de 0,04 miligramos por kilo, por lo que contenía siete veces más de lo permitido.

En este último caso, el análisis se llevó a cabo el 30 de mayo, si bien no se ha hecho público en el RASSF hasta el pasado 7 de mayo.

Rafa Villegas