Desde la llegada al campo, en Holanda, de este primer depredador natural, en Koppert han trabajado para "hacer una agricultura más sana, segura y productiva", tal y como explicó Bram Klapwijk, Product Manager de la empresa, una misión a la que, más recientemente, la empresa ha añadido un nuevo reto: hacer esa agricultura para obtener "los resultados más sostenibles". Esto les ha llevado a no solo producir y comercializar insectos auxiliares y polinizadores, sino también a adentrarse en la producción de soluciones microbiológicas para prevenir, además, enfermedades y problemas de suelo. Esta última línea de negocio representa ya en torno al 30% de la facturación de Koppert y, lo que es más importante, "crece a un ritmo del 20% anual", tal y como afirmó Martin Koppert, Development Business Manager de la empresa, quien añadió que, aun así, "los insectos siguen teniendo futuro, ahora al aire libre".

Y es que en Koppert no pierden de vista que el planeta es solo uno y hay que preservarlo. Para ello, la investigación y el desarrollo juegan un papel fundamental y, de hecho, la empresa destina a este fin en torno al 8% de su facturación, que solo en 2016 sumó 178 millones de euros. Actualmente, Koppert cuenta con 100 personas dedicadas en exclusiva a la investigación y el desarrollo de nuevas soluciones, a las que hay que añadir otras 400, técnicos que, a diario, toman el pulso al campo, a los agricultores de cualquier punto del planeta, y trasladan sus inquietudes y necesidades a ese centenar de 'cerebros'. "No solo es importante sacar nuevos productos, sino también mejorar los que ya tenemos", comentó Koppert y, en esta línea, se refirió a su nuevo sobre Ulti-Mite Swirski, que cuenta con una nueva formulación que permite prolongar en el tiempo la presencia del depredador natural en el invernadero.

El futuro
Los cultivos al aire libre abren todo un mundo de posibilidades para el control biológico, ya no solo desde el punto de vista del desarrollo de soluciones, sino también de innovaciones a la hora de su aplicación, y justo en este último aspecto también trabajan desde Koppert. "La utilización del big data nos ofrece un universo de soluciones terriblemente amplio", afirmó Martin Koppert, ya que, gracias a ello, pueden extraer un gran volumen de información directamente del propio cultivo.

Para el desarrollo de esas soluciones biológicas del futuro y la mejora de sus sistemas de aplicación, en Koppert trabajan en colaboración con las universidades más reputadas del mundo en el sector agro y, además, con empresas de distintos sectores repartidas por toda la esfera. "Es en ese compartir donde vamos a crecer", insistió Koppert.

Koppert en el mundo
Koppert tiene presencia en más de 120 países repartidos por todo el mundo, en 26 de ellos con filiales propias. En todos estos lugares, sus soluciones se aplican con éxito, ya que la empresa, sin perder de vista su visión global de la agricultura, adapta cada una de ellas a las necesidades de cada país en concreto. De ahí que, si bien concentra la mayor parte de su producción en Holanda, "tenemos investigación y desarrollo deslocalizados por todo el mundo para ofrecer soluciones locales".

Holanda y España son, actualmente, los dos grandes mercados de Koppert que, en cualquier caso, está muy presente en todo el continente americano y, ahora, comienza a abrirse a Asia. De este modo, la empresa continúa manteniendo vivo aquel entusiasmo de su fundador, que comprobó cómo la aplicación de aquel primer insecto auxiliar a su cultivo le ofrecía unos resultados y unos efectos más positivos que los tradicionales tratamientos químicos y decidió abrirse al control biológico. Medio siglo después, Koppert sigue haciendo gala de ese cambio de modelo, pero adaptándolo a las necesidades actuales y, lo que es más importante, adelantándose a las futuras.

Isabel Fernández