Durante el encuentro, la obtentora de semillas consideró como clave "la apuesta por la calidad para ganarse al consumidor final de frutas y hortalizas". Los representantes de Fitó instaron a la implicación de todos los eslabones de la cadena agroalimentaria para ganar esta particular batalla que implica, también, el aumento del consumo de estos alimentos.

 

En encargado de abrir el debate fue Xavier Fitó, director de la División de Hortícolas de Semillas Fitó, quien aportó datos tan interesantes como que solo el 1% del precio que paga un consumidor al comprar un tomate se corresponde con el precio de la semilla. Eso significa que "un kilo de semillas de tomate puede alcanzar un precio medio de 75.000 euros, que un agricultor produce tomates por valor de 2,5 millones de euros y que esa producción genera un valor final de 7,5 millones en el supermercado". 

 

A ello, Xavier Fitó subrayó el impulso en investigación que realizan las casas de semillas y citó como ejemplo a Semillas Fitó, cuyo 20% del presupuesto se destina a I+D, contando en El Ejido (Almería) con uno de sus principales puntos de investigación en el panorama nacional. Así, el director de la División de Hortícolas de Semillas Fitó insistió en que ese 1% del valor final del tomate, que se corresponde al de la semilla, conlleva una importante investigación en la medida que aporta a una variedad las características productivas y de durabilidad que la hacen rentable para el agricultor, además de incorporar características organolépticas que la hacen idóneas para el consumidor final. 

 

En segundo lugar, tomó la palabra Ana Rodríguez, una de las investigadoras de ‘Cocina de Ideas', quien explicó cómo Semillas Fitó había confiado en este centro de innovación, nacido de la mano de Huercasa, para colaborar en la investigación y aportar el conocimiento necesario para mejorar desde el punto de vista de la industria transformadora, cuyo proceso imitan de principio a fin en las instalaciones con las que cuentan en la localidad segoviana de La Granja. "Es muy importante estudiar muy bien qué quiere el consumidor final y desde ‘Cocina de Ideas' tratamos de ser un centro de innovación adecuado a las exigencias de cada una de nuestras empresas clientes", señaló Ana Rodríguez. En este mismo sentido, indicó que trabajan en una línea de "innovación integrada", en la medida que se alinean con los objetivos que se marca la empresa con la que colaboran, en este caso, Semillas Fitó. 

 

Carlos Olmos, director de Marketing y Comunicación de Huercasa, afirmó durante su intervención que "el consumidor siempre es el foco sobre el que se trabaja". Así, la exitosa empresa de V gama trata, según matizó, de detectar las tendencias de consumo para analizar cómo captarlas y generar valor. Todo ello, mediante la realización de todo tipo de tests para asegurarse que se lanza al mercado un producto viable en el que la elección varietal es fundamental "en la medida que cumple con las exigencias, por ejemplo, de color y sabor que demanda el cliente", dijo Carlos Olmos.

 

Por otro lado, Jesús Antonio García Herráiz aportó su visión como ejecutivo de ventas de Consum. Aseveró que desde la cadena de supermercados llevan dos años apostando por la incorporación de productos ecológicos en frutas y hortalizas que, finalmente, se ha extendido a otros sectores. "El producto ecológico ha llegado para quedarse. No es una moda, aunque sabemos que no llegará a los volúmenes del convencional", opinó García Herráiz. En esta línea, desveló que una de las novedades de Consum, en el último año, ha sido la elaboración de fichas para frutas y hortalizas en las que se recogen las características que consideran óptimas para cada una de ellas y que, si no alcanzan, son retiradas de los lineales. "Eso supone en muchos casos reducir la vida del producto en el punto de venta pero se trata de dar lo mejor al cliente y consolidar así su confianza", matizó.

 

Finalmente, la última intervención corrió a cargo de Tom Lombaerts, Chain Manager de Semillas Fitó, quien insistió en la apuesta por el incremento de consumo de frutas y hortalizas con productos de calidad y diferenciados. En este sentido, abordó la creación de marcas que permitan al consumidor identificar el producto que compran y citó variedades de Fitó como el tomate rosado Monterosa, el cherry pera Esssentia o el melón Waikiki. 

 

A continuación, se llevó a cabo un intenso debate en el que se pusieron sobre la mesa importantes cuestiones de la cadena agroalimentaria. Por ejemplo, se realizó un perfil del consumidor actual, cada vez más preocupado por productos que mejoren su salud, que presenten menos plásticos por respeto al medio ambiente y que, además, le faciliten un consumo rápido ante la escasez de tiempo para cocinar. Igualmente, se abordaron cuestiones como la necesidad de clarificar al consumidor final el beneficio de consumir productos vegetales, independientemente de que sean ecológicos o no; o la necesidad de apuestas en los lineales de los supermercados que permitan incitar a la compra tales como ofertas cruzadas (colocar el jamón junto al melón, o la nata junto a las fresas).

 

 

Almudena Fernández