Biosol Portocarrero está de aniversario, ya que en este 2019 celebra sus veinte años de vida. Una vida que, sin duda, no podría haberse llevado a cabo sin el trabajo de la primera generación de agricultores que dio todo para poder hacer de la agricultura su manera de vivir y de apostar por una tarea que, antiguamente, nadie sabía si iba a llegar a buen puerto o no. "Cuando mis padres decidieron vivir de la tierra, toda la familia arrimó el hombro, todos estábamos involucrados en las diversas tareas para que todo saliera bien, la siembra, la recolección, incluso, el cambio de postura del plástico de techo", explica Francisco Alejo Salado, socio fundador de Biosol. Y es que, la esencia de esta comercializadora de productos ecológicos no es otra que la tradición familiar agrícola, gracias a la cual "nosotros, la segunda generación, hemos tenido la oportunidad de dedicarnos profesionalmente a esto".
Biosol Portocarrero nació en 1999 y, desde sus inicios se dedica, exclusivamente, a la comercialización de producción ecológica teniendo una línea de trabajo que abarca toda la familia del tomate (rama, pera, cherry rama, cherry pera, cocktail), así como el pepino, el pimiento California, el pimiento Palermo, el italiano rojo, calabacín, berenjena, melón y sandía. A día de hoy, Biosol Portocarrero cuenta con unas 260 hectáreas, de unos 30 socios, que se encuentran en diferentes zonas del sureste español, como Motril (donde se hace tomate cherry y pepino), Baza (cherry), Ciudad Real (sandía), comarca de Níjar o el Poniente almeriense, donde se producen el resto de hortalizas como el pimiento, pepino, berenjena o calabacín.
Sin duda, esta empresa de producción y comercialización ecológica de la comarca de Níjar, en el entorno del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, cuenta con una dilatada experiencia, ya que, antes de iniciar su andadura como Biosol Portocarrero, su socio fundador Francisco Alejo Salado, se formó en este sistema de producción tomando como fuente una empresa "que se llamaba Ecoandalus. Trabajé con ellos, aprendí mucho sobre ecológico y en 1997 certifiqué mi propia finca para ser productor ecológico. Comencé con cultivo de tomate, pero después trabajé con el resto de hortalizas, ya que además de que me gusta mucho alternar diferentes productos, también esta práctica es buena para el suelo agrícola".
Con el paso de los años, Biosol Portocarrero ha ido evolucionando de la mano del sector gracias, también, al grupo de trabajadores con el que cuenta la empresa. A día de hoy, son cerca de 260 los empleados que trabajan en los diferentes departamentos de los que se compone Biosol: Elaboración, Logística, Administración y Finanzas, Laboral, Marketing, Comercialización, Técnicos agrónomos, Calidad o jefes de producción agrícola. De hecho, uno de los aspectos más destacados de esta empresa es su continua apuesta por la formación de sus trabajadores. "Estamos comprometidos con la formación en todos los departamentos. Todos los años, los empleados tienen derecho a realizar cursos de formación y mejora, incluso si en algún caso hay alguien que no tiene claro qué curso hacer, nosotros intentamos orientarle. Además, para la empresa es algo fundamental por dos aspectos. Primero, por el propio trabajador, ya que gracias a estos cursos evoluciona y sigue creciendo como profesional, y segundo, por la propia empresa, ya que gracias a la preparación del empleado ambos evolucionamos de la mano", asegura Francisco Alejo Salado.

Compromiso social
El compromiso que Biosol Portocarrero tiene con el sector hortofrutícola almeriense, así como con la sociedad en general, va más allá de una producción de calidad y el buen hacer diario. Y es que, la empresa también colabora con temas sociales como, por ejemplo, carreras deportivas que se llevan a cabo en la provincia de Almería. "Nosotros siempre abrimos la puerta a aquellos que cuentan con nosotros. Participamos en todos los eventos que tengan carácter local, ya que creemos que es otra manera de apostar por el crecimiento provincial".

 

 

Elena Sánchez 

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