José Valdivia Gervilla, uno de los socios fundadores de Campoejido, ha relatado a FHALMERÍA cómo nació la cooperativa en una conversación donde la sonrisa no se le borraba del rostro, consciente o no de que había puesto su grano de arena en el desarrollo de un campo por el que hace cuatro décadas no todos apostaban, pero que, hoy día, ha demostrado con creces ser merecedor de la etiqueta de ‘la huerta de Europa' por la alta producción de sus fincas pero, sobre todo, por su buena calidad.

Ese pequeño paso con el que se gestó Campoejido se dio en una reunión a la que acudieron 14 personas. "Nuestro primer encuentro para organizarlo todo se celebró en los bajos de la Pensión Granada, en el centro de El Ejido", recordó José Valdivia. Corría aún el año 1976 y todavía tuvieron que pasar dos años más para que la cooperativa Campoejido tuviese su acta de constitución, firmada por 23 socios fundadores (que pagaban 500 pesetas de cuota anual); muy lejos de los 3.000 socios con los que cuenta en la actualidad. José Valdivia es el socio número 3 y relata que la necesidad de la puesta en marcha de Campoejido tiene su origen, como muchos de los grandes cambios de la historia, en las protestas de los trabajadores. 

"Entonces lo que se hacía en la zona era, sobre todo, tomate. Y no lo vendíamos, había muy malos precios y era un producto que tampoco era bueno, así que los agricultores nos manifestamos. Eché mano de José Antonio Pérez o Luis Maldonado, entre otros, y decidimos organizarnos para pedir ayudas al Ministerio. De aquello conseguimos que nos enviasen fitosanitarios que, en realidad eran para las parras; y allí se nos encendió la luz. Nos dimos cuenta de que con la organización podíamos conseguir más que en solitario", indicó José Valdivia. De hecho, ese germen de la cooperativa nació en el seno de la UAGA (Unión de Agricultores y Ganaderos de Almería), la que posteriormente sería COAG.

Antonio Palmero, vinculado a Campoejido desde los años 90 e hijo de uno de los socios fundadores, apoya esta visión de los inicios de la cooperativa de Valvida. "En la época en la que surgió Campoejido había precios disparatados para los servicios más básicos del agricultor. Sin embargo, la cooperativa no nació como un negocio sino con una entidad que verdaderamente quería servir al agricultor, con una línea de precios seria y estable".

El 23 de enero de 1979 se firmó finalmente, no sin problemas burocráticos previos, el acta de constitución de la sociedad cooperativa andaluza Campoejido con Manolo Morales Vargas como presidente; Francisco Pedrosa Gutiérrez, como vicepresidente; Luis Maldonado, como secretario; Miguel Criado Jiménez, como tesorero; y Francisco Antonio Fernández y José Gómez Fornieles, como vocales. A partir de ahí se sentaron las bases de lo que hoy es una de las grandes empresas del sector agrícola almeriense; no sin dificultades en el camino.

El primer almacén desde el cual Campoejido comenzó a prestar servicio a los agricultores de la zona era un local de Francisco Criado, en la calle Río Nalón, del municipio ejidense. "Ese almacén no llegaba ni a 200 metros. Plástico, abonos y esparto para las parras fueron los primeros productos que allí servíamos pero, en seguida se quedó pequeño", indicó José Valdivia.

El siguiente paso fue trasladarse a un local en el barrio ejidense de Calahonda, propiedad de Jesús Fuentes. "Crecíamos muy rápidamente porque la cooperativa Campoejido era muy necesaria. Es que había algunas empresas que se beneficiaban de la poca competencia que había y ponían precios abusivos. En la cooperativa comprábamos los mismos tratamientos a precios muchos más bajos y eso tuvo mucho éxito", indicó este socio fundador. Ese crecimiento exponencial les llevó, a principios de los años 80, a terminar comprando otra nave más amplia en la calle García Espín, de Calahonda, propiedad de Joaquín Daza. "Ese espacio ya tendría al menos unos 600 metros y ya contaba con cámaras frigoríficas, además de material para riego por goteo, que no se prestaba hasta el momento", dijo. Para este socio fundador, "el éxito de Campoejido fue la necesidad, pero también el pago al contado, que nos permitía tener dinero".

 

Más servicios
En el año 1988 ya echó a andar la sede actual de Campoejido, en el paraje de La Costa, donde ahora se encuentra el servicio de suministro, ya que no fue hasta el año 1996 cuando se inauguró la sede central que hay justo enfrente. La buena acogida del sector agrícola del Poniente almeriense llevó progresivamente a abrir sedes en varias localidades. Como muestra, José Valdivia apuntó que la cooperativa se inició con tres socios en Dalías, mientras que en la actualidad ya rondan los 200. 

José Antonio Manrique, actual vicepresidente de Campoejido, señaló a FHALMERÍA que su vinculación a la cooperativa se remonta a la época de obras de esa sede central. "Eran tiempos de mucho crecimiento, aunque en realidad siempre lo han sido y lo sigue siendo todavía", dijo.

En esta línea, Manrique sostiene que "los socios nos han ido marcando todo el tiempo qué hacer. Cuando llegó el momento de diversificar los servicios lo hicimos porque así nos lo pedían, eran necesidades a las que, como cooperativa, teníamos que responder". 

Por todo ello, en la década de los 90, Campoejido decidió sumar a sus servicios habituales de suministros, y muy recientemente el de riego, unas instalaciones para semillero. La cooperativa adquirió entonces unas instalaciones de unos 10.000 metros cuadrados en Ejido norte que dejó de funcionar como tal hace un par de décadas cuando ya se puso en marcha un semillero con el triple de dimensión en Tierras de Almería.

Manuel Morales, Luis Maldonado, José Balaguer, Antonio Pérez, Cristóbal Cara Manzano, Francisco Fernández Cara, Antonio Pérez Martínez y Antonio Fernández han sido los presidentes con los que ha contado la cooperativa hasta llegar al actual: Cristóbal Martín, quien reconoce el mérito de todos los que le precedieron en el cargo en la medida que hicieron más fuertes los pilares de una de las empresas más consolidadas del panorama almeriense.