Ayer se podía comprar gasóleo de automoción (el más usado en el campo almeriense) a 82 céntimos de euro el litro. Este precio es la culminación de una serie de bajadas constantes y consecutivas desde que estallara la crisis del coronavirus y la posterior guerra entre Arabia Saudita y Rusia por los cupos de extracción de cada uno de estos países.

Tras un ataque frontal entre rusos y saudíes con una producción desorbitada por parte de estos últimos y con una caída vertiginosa del crudo desde los 70 dólares hasta los 22 del pasado miércoles, ambas partes, y tras la intervención del propio Donald Trump, parece que han hecho volver las aguas a su cauce con un acuerdo de reducción de producción que ha provocado una subida esporádica del crudo de hasta un 25% de su valor en apenas dos días de cotización.

Las bajadas del barril se transmiten a los carburantes con relativa lentitud, en cambio, las subidas se aplican de inmediato y es muy posible que los 82 céntimos de euros que estamos viendo estos días en algunas gasolineras de Almería sea puro espejismo a finales de la semana próxima. De cualquier forma no va a ser fácil que el precio del gasóleo llegue a los 1,15 céntimos de euros de principios de año.

Esta caída de los carburantes ha dado un respiro a miles de agricultores que a pesar de la pandemia del Covid 19 no han parado de trabajar aportando sus hortalizas a los centros de comercialización para abastecer los mercados nacionales e internacionales y a su ver, los transportistas nacionales e internacionales también han visto como se beneficiaban de esta notable bajada de precio, que parece perdurar, pero no con tanta contundencia.